jueves, 29 de marzo de 2012

POESÍA - EL RUISEÑOR Y LA ROSA




Oscar Wilde escribió un triste cuento en el cual pienso que reflejó parte de sus propias contradicciones emocionales. Por un lado una extrema sensibilidad destacando las bondades del amor en el personaje del ruiseñor  y por otro la amargura del amor, superado por las miserias humanas, en los personajes del estudiante y su pretendida enamorada.
Esta es mi versión, en forma de poema, de esa historia:
 
El Ruiseñor y la Rosa

Hizo suyas, el candido ruiseñor,
las penas de un joven embelesado
por una mujer vanidosa,
quien como prueba de amor
le pidió la más bella de las rosas.
¿Dónde encontraré esa rosa roja
que cautive el corazón de mi doncella?
¿Existirá un rosal que dé una flor tan bella?
Se preguntaba el galán lleno de congoja.
Contestó el ruiseñor:
No sufras mi buen amigo,
Volaré hasta hallarla
y pronto la tendrás contigo.
Cansado de tanto volar
sin encontrar lo que buscaba,
se detuvo a descansar
y mientras lo hacia, cantaba.
Un rosal de blancas rosas
de sus trinos se prendó
y su flor mas hermosa
al ruiseñor ofreció.
Mas linda no podía ser
pero su blanco inmaculado
no era el color deseado                   
por la caprichosa mujer.
Abrazado al rosal, sin notar sus espinas,
seguía cantando el ruiseñor
mientras gotas, de su sangre roja,
cubrían los pétalos de la rosa
y la cambiaban de color.
Así nació la rosa de la pasión,
para expresar sentimientos
que se llevan en el corazón,
unas veces alegrías y otras, lamentos.

Matías Ortega Carmona

miércoles, 28 de marzo de 2012

FOTOS - MATARÓ





 Algunos rincones de Mataró, la ciudad donde nací.




Convento de las Capuchinas



Ayuntamiento
Gigantes en las Fiestas de Las Santas


Parque Municipal

Parque Municipal

Parque Municipal

Parque Municipal

Parque Municipal

Interior de la Basilica de Sta María

Castellers en Sta María

Castellers en Sta María

Castellers en Sta María


Plaza Chica

Museo

Capilla del Cementerio Viejo
Fuente del Primero de Mayo
Estación del ferrocarril
Monumento a Miquel Biada, impulsor del primer ferrocarril de la España Peninsular




Playa
Paseo Marítimo

Playa

Puerto

martes, 27 de marzo de 2012

NOVELA - EL MILAGRO DE PUERTO COLOMBIA 4ª ENTREGA


 

Si la mañana había sido pródiga en acontecimientos, los actos previstos para la tarde iban a poner el digno colofón a tan fastuoso día. Estaba programado que a las seis de la tarde, en el estadio anexo a la Plaza Principal, tuviese lugar la elección de la reina Popular de las Fiestas, momento largamente anhelado por todas las muchachas porteñas que aspiraban a esa designación.
Hasta aquel lugar iban llegando riadas de personas que no querían perderse el evento. Desfilando por el centro de las calles, que desembocan en la plaza, las comparsas llenaban de colorido y estruendo las mismas. 
Hombres y mujeres luciendo sus galas de carnaval y contoneándose al ritmo de las orquestas moliendo (tocando) porros, guarachas, ballenatos, salsas, cumbias y merengues. 
Alegría aderezada con aguardiente de Antiquíssima, ron o la popular chicha, bien fría, para elevar el ánimo a lo más alto. Afortunadamente, para controlar a aquellos a los que el alcohol incita a cometer desmanes, la estación (cuartel) de la policía está a una manzana del estadio y siempre hay una dotación preparada para intervenir y restablecer un orden adecuado al espíritu festivo. 
Son días en que se perdona casi todo y muchas parejas aprovechan el anonimato de la multitud para dar rienda a sus deseos de sexo fuera del matrimonio. Las infidelidades en Carnaval o bien no existen o se convierten en pecados veniales.
El estadio es un clamor cuando aparecen las ocho finalistas entre las que elegirá la reina Popular del Carnaval. Lucen, cada una de ellas, diversas variantes del traje regional y a pesar de sus sonrisas no pueden disimular los nervios que las atenazan. El camino ha sido largo, hasta llegar aquí han tenido que mostrar sus aptitudes, bailando y alternando en actos previos como la Rueda de la Cumbia, la Noche del Garabato o la Noche de las Antorchas. Ahora solo cabe esperar el veredicto del Jurado, lágrimas de felicidad para la ganadora y de tristeza o sana envidia en la mayoría de los casos para sus competidoras.

Samuel, desde un palco reservado a autoridades, personalidades e invitados, lo observaba todo con aire distraído. Si las cosas transcurrían según lo previsto, en un par de meses regresaría a España o viajaría hasta otro lugar en el cual su empresa le asignase un nuevo trabajo.
No le atraían en exceso este tipo de manifestaciones festivas pero era una forma de hacer tiempo hasta la hora de acudir al Ayuntamiento. Debía, como representante de su empresa, asistir a una cena a la que acudirían el Gobernador Inocencio Chávez, el Obispo Orestes Gaviría, y las autoridades locales, además de lo más representativo de la alta sociedad de Puerto Colombia. No podía faltar en ese ágape la que en breves momentos iba a ser elegida como la figura más popular del Carnaval, su Reina.

Yanira no podía contener el llanto mientras su antecesora la coronaba, hasta el siguiente carnaval, como la mujer más popular de Puerto Colombia. Recordó, en ese momento, más que nunca, a su madre que la había precedido veinte años atrás en esa ceremonia.
Su padre, Ramiro, que no había sido precisamente quien más ilusión mostró por    verla subida  en aquel escenario, recordaba  ahora en ella a la esposa desaparecida. Se alegraba por su hija, pero sentía como el recuerdo de la mujer que amaba y que la muerte le arrebató de forma tan temprana, le rasgaba el corazón.
La joven estaba deslumbrante, una aparición, o al menos así se lo pareció a Samuel. Llevaba un vestido largo, blanco y añil, adornado en talle, mangas y bajos con llamativos volantes verdes y amarillos. Un ceñido corpiño, mostraba de manera generosa, unos bellos y turgentes  senos que parecían querer escapar del mismo. Sus ojos negros, de mirada profunda, aun humedecidos por las lagrimas, pensó el joven arquitecto, bien podían ser  un mar en el que sumergirse en pos de los más sensuales deseos.
Sin saber porqué le vino a la memoria la imagen de la Virgen, que él había visto por primera vez en la mañana; dos rostros hermosos, ambos con tintes de melancolía y misterio, solo que éste, el de Yanira, era real. Samuel aún no lo sabía, pero  la Virgen y la muchacha iban a estar presentes en su futuro más inmediato.

miércoles, 21 de marzo de 2012

FOTOS - TOLEDO



Estas fotos de Toledo, ciudad en la que se desarrolla parte de la trama, sirven como complemento a mi novela El Milagro de Puerto Colombia.





Catedral

Comercio

Ayuntamiento

Catedral

Panoramica

Panoramica

Comercio de Artesanía

Judería

Rio Tajo

Rio Tajo

Plaza en la Judería

Calle de la Judería

Matías posando con San Matías

Museo de Santa Cruz

Museo de Santa Cruz
Sinagoga de Santa María la Blanca
Sinagoga de Santa María la Blanca
Monasterio de San Juan de los Reyes


Monasterio de San Juan de los Reyes

Alcazar

La vía del ferrocarril bordeando el Tajo

Academia de Infantería

Alcazar

Castillo de San Servando

Puerta Real

Iglesia de Santiago

Panoramica del Rio Tajo


Estación de Ferrocarril



Puente de Alcantara