sábado, 3 de octubre de 2015

VIAJE A CASTILLA Y LEÓN 3ª PARTE - SEGOVIA


Segovia

Tercer día de nuestro periplo por Castilla, en él visitaremos Segovia. Optamos por dirigirnos desde Villalba hasta Madrid Chamartín en un tren de cercanías y tomar allí el Avant que por la línea de Ave nos llevará a la ciudad del Acueducto. Aunque el recorrido es mayor en distancia, no lo es en tiempo, por lo que sacrificamos la belleza del paisaje de la sierra madrileña en aras de la comodidad y rapidez del viaje. De esta manera podemos conocer esa nueva vía que por medio de largos túneles, en un prodigio de ingeniería, atraviesa la Sierra del Guadarrama.



Sin apenas darnos cuenta, la megafonía interna del tren nos avisa de que estamos llegando a nuestro destino, Segovia Guiomar.


La nueva estación está situada a las afueras de la población y ha sido bautizada con el nombre de la mujer que ocupó el corazón de Antonio Machado después de su marcha de Soria. El poeta, tras el fallecimiento de su esposa Leonor, encontró en Guiomar a su nueva musa con la que nunca llegó a casarse. Con ella compartió vivencias e inspiración en encuentros que se prodigaban tanto en la ciudad castellana como en Madrid. 




En la estación cogemos un autobús que, tras múltiples paradas y con un tiempo parecido al que hemos tardado en el tren desde Madrid, nos deja en la Plaza de la Artillería, próxima al Acueducto.






Casi pegado a los imponentes arcos de piedra está el monumento en el que la loba alimenta a Rómulo y Remo, fundadores de Roma, regalado por la capital del antiguo imperio a la ciudad segoviana. Un tímido sol asoma entre las nubes, alimentando la esperanza de que el día sea más cálido que los anteriores, aunque no tardaremos en comprobar que se trata de algo transitorio.


En el camino hacia el Alcázar encontramos una tienda de recuerdos con un nombre que recuerda al de mi Blog, se llama El Rincón del Abuelo y pienso que "Cuentos del Abuelo" no deja de tener una similitud, no en vano mucho de lo que escribo son también recuerdos que después regalo a mis lectores.




Desde el Mirador de La Canaleja, cercano a la Casa de los Picos, se pueden contemplar unas estupendas vistas de la ciudad y al fondo las montañas, en las que aun hay pequeñas manchas blancas que la nieve ha dejado en los días anteriores.
 

Seguimos nuestro camino jalonado a un lado y a otro de casas señoriales (en alguna de ellas se pueden ver los blasones que las identifican con la nobleza del Reino de Castilla), iglesias, algún palacio y pequeñas plazas, hasta llegar a la Plaza Mayor.





Como no nos fiamos del tiempo, hacemos un alto en La Plaza Mayor para tomar unas fotografías y ver donde está situado el restaurante en el que después comeremos.
Continuamos andando y pasamos por delante de la Catedral, la cual tenemos previsto visitar por la tarde. Es una construcción de estilo gótico tardío, de gran tamaño, pero sin la riqueza ornamental que pudimos ver en la de Salamanca.





Llegamos al Alcázar y la visión de este castillo, situado en un altozano sobre la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, impresiona por su belleza incluso a los que ya lo hemos visitado anteriormente. Mezcla de varios estilos, fortaleza y mansión de cuentos de hadas y princesas, ha sido en realidad un emplazamiento vital en la vida de los Reyes de Castilla. En él vivió Alfonso X el Sabio, que convocó allí las Cortes Castellanas y sería durante mucho tiempo la residencia oficial de los Reyes Católicos. De este lugar salió Isabel para ser proclamada Reina de Castilla. 
Cuando los Reyes dejaron de utilizarlo se convirtió en prisión y más tarde en el Real Colegio de Artillería, el más importante de Europa en su tiempo. Desde 1898 es la sede del Archivo General Militar y uno de los monumentos más visitados de España.




Esta fotografía esta tomada desde la terraza del edificio de recepción de visitantes del Alcázar y también las siguientes; en ellas vemos unas panorámicas de la ciudad con la Catedral como motivo principal.






El Centro de Recepción de Visitantes está situado en un edificio a escasos metros del Alcázar. En su interior unos murales de azulejos nos trasladan a imágenes de la edad media y también podemos ver un mapa de como estaban conformados los reinos de la península en aquella época.






Cuesta creer, viendo la belleza del interior del Alcázar, que el fuego y la guerra estuviesen a punto de acabar con ese lugar. Se rehízo tras sufrir graves daños en la Guerra de los Comuneros, en la que también se destruyó la Catedral Romana, y sobrevivió a un pavoroso incendio ocurrido el 6 de marzo de 1982. Adentrarse en sus estancias y pasillos es dar un paseo por el tiempo y uno tiene la impresión de que en cualquier momento puede encontrarse con alguno de aquellos Reyes que lo habitaron o alguno de los Caballeros cuyas armaduras están expuestas en las diversas salas. 
























Amplios ventanales nos permiten contemplar los campos que rodean la fortaleza y el curso del río Clamores, también pensar en la ingente cantidad de leña que debían necesitar para combatir mínimamente el riguroso frío castellano en espacios de tal amplitud. 





Merecen ser contemplados con cierto detenimiento los artesonados de los techos que tuvieron que ser reconstruidos tras el incendio de 1862.




Saliendo a lo que debió ser el patio de armas, a la derecha, se encuentran las salas dedicadas a museo de lo que fue la Real Escuela de Artillería.





















Empieza a nevar y hace un viento gélido cuando dejamos el Alcázar. Unas últimas fotografías a su fachada principal y  rápidamente nos encaminamos hacia la Plaza Mayor para comer y buscar un poco de calor en el restaurante.



Comemos en el Restaurante Bar José, donde nos atienden con mucha amabilidad y la comida es correcta con buena relación calidad precio. El ambiente del local es muy acogedor y salimos reconfortados del mismo. 


Como he mencionado anteriormente La Catedral de Segovia es más austera que otras que hemos visitado pero siempre se encuentran detalles que  hacen interesante la visita. Lo malo es que  el frío entra en ella como un turista más por lo que es aconsejable visitarla con buen tiempo.






































Dejamos la Catedral y caminamos de nuevo en dirección al Acueducto, contemplando el bello patrimonio que atesora Segovia en sus calles, plazas e iglesias.
















Para regresar a nuestro hotel en Villalba hemos pensado utilizar el ferrocarril convencional por ello cogemos un autobús que nos deja en la vieja estación de la linea Madrid-Segovia-Medina del Campo.
Esa linea se cerró, si no recuerdo mal, en el año 1993. 
Con el desmanteñammiento del ferrocarril convencional y la apertura  de la estación Ave, este antiguo recinto ferroviario que antaño tuvo una gran actividad se ha convertido en un espacio sin vida. Recuerdo en estos momentos a mi buen amigo Sotero Rodriguez que terminó su carrera ferroviaria en este ciudad donde estuvo muchos años como Jefe de Estación. Le visité en un par de ocasiones antes de su prematura muerte, cuando estaba a punto de jubilarse y, viendo ahora este recinto vacio, sin trabajadores (los hay en un horario muy limitado), sin viajeros y sin trenes, pienso que aquel ferrocarril para el que él vivió le acompañó también en su muerte.



Segovia 25 de marzo de 2015.

Matías Ortega Carmona