jueves, 28 de abril de 2016

VIDEO _ LAGO DE PUIGCERDÁ




Lago de Puigcerdá.

Puigcerdá es la capital de la comarca gerundense de la Cerdanya, uno de sus atractivos es su lago que en primavera y otoño ofrece unos bellisimos paisajes. Recomiendo su visita.
La fotografía corresponde a los restos de la Iglesia de Santa María de la cual solo se conserva  su torre, convertida en Oficina de Turismo. Se puede subir hasta la parte más alta, a la azotea sobre el Campanario y desde allí contemplar toda la belleza que nos regala esta hermosa tierra.

Clicar sobre el enlace para ver el video.


sábado, 19 de marzo de 2016

DE BILBAO A FERROL EN TREN DE VÍA ESTRECHA - FIN DEL VIAJE, FERROL





DE BILBAO A FERROL EN TREN DE VÍA ESTRECHA

FIN DEL VIAJE, FERROL (BETANZOS)




09 de abril de 2011, son las 12,21 horas cuando nuestro tren parte de Viveiro con destino a Ferrol. 108 minutos por delante para disfrutar de un viaje tranquilo y de magníficos paisajes. De nuevo pido perdón a los que me seguís en estas crónicas viajeras por los defectos en las fotografías sacadas desde el tren pero, como ya dije anteriormente, creo que  en algunos casos su inclusión está justificada para dar mayor fidelidad a la narración.
Aunque vamos bordeando la costa, buena parte del trayecto discurre entre bosques de eucaliptos.  Esos árboles importados de Australia son una plaga que, desplazando a las especies autóctonas,  ha colonizado los montes gallegos. 
De tanto en tanto tenemos el premio de vistas de gran belleza, como sucede en O Vicedo en cuyo termino municipal, al final de la provincia de Lugo, se puede disfrutar de excelentes playas.



Mención especial merece, dentro de este recorrido, la villa de O Barqueiro  a la que corresponden las dos siguientes fotografías, la primera de ellas con fotógrafo incluido. 
La Ría de O Barqueiro, ya en la provincia de A Coruña, es la primeras y una de las más pequeñas de las Rías Altas. Corroborando aquel refrán que dice "en el bote pequeño está la buena confitura"  es también una de las más hermosas.
En sus proximidades se puede visitar el Cabo de Estaca de Bares donde Océano Atlántico y Mar Cantábrico se fusionan en un bravío encuentro. El choque de ambos mares hace llegar a las playas de la zona un oleaje muy apreciado por los surfistas. 
El faro del cabo y sus alrededores son un estupendo mirador sobre el mar abierto y un privilegiado observatorio para contemplar las muchas aves migratorias que sobrevuelan esta costa. 
La Isla Coelleira, situada frente a la boca de la Ría de O Barqueiro,  debe su nombre a la gran cantidad de conejos que la habitaban. Es la mayor de las islas cantábricas gallegas; en ella había un monasterio templario, destruido por las incursiones normandas, cuyos restos  sirven como lugar de refugio y descanso a las aves en sus travesias sobre el mar.


Situada entre el Cabo Ortegal y Estaca de Bares se encuentra la Ría de Ortigueira. Es un paraje de excepcional y salvaje belleza con playas y marismas vírgenes que corona la Sierra de A Capelada. En esta sierra se encuentra uno de los acantilados más altos de Europa, 612 metros de caída libre hacía el mar en la Garita de Herbeira. 
En estos montes se encuentra uno de los lugares mágicos y sagrado de Galicia, el Santuario de San Andrés de Teixido donde, según dice la leyenda, va de muerto quien no fue de vivo.
Cariño y Cedeira son poblaciones que con Ortigueira atraen a los peregrinos que además de visitar a San Andrés buscan lugares donde disfrutar de buena comida y paisajes llenos de magia. Esos paisajes se pueden contemplar también desde un banco situado en Loiba que ha sido calificado, recientemente, como el banco mas hermoso del mundo por las vistas que desde él se divisan.


Desde 1978, Ortigueira, acoge el Festival Internacional del Mundo Celta. Durante cuatro días, en el segundo fin de semana de julio, la población acoge a muchos miles de visitantes atraídos por este evento que congrega a los mejores grupos e interpretes solistas de este tipo de música. La asistencia  ha superado en varias ocasiones los 100.000 espectadores.
Elena y yo habíamos visitado esta comarca hace algunos años en un viaje que hicimos con nuestros hijos y nuestra familia de Carnoedo. Entonces lo hicimos en coche, ahora el paisaje queda limitado a lo que podemos observar desde el tren.


El tren ha llegado puntual y  a las 14,10 horas estamos en Ferrol. Comemos en la cantina de la estación donde nos atienden con mucha amabilidad y además nos permiten dejar allí el equipaje para que podamos dar un paseo por la ciudad. Mas tarde hemos de coger otro tren, en esta ocasión de Renfe, que nos llevará hasta Betanzos, fin de este recorrido ferroviario que empezó en Camp de Tarragona una semana antes. En el mismo, hemos viajado a través de ocho Comunidades Autónomas combinando ferrocarril de ancho nacional y ancho métrico. 
Mª Dolors y Domingo ya habían estado en Ferrol con anterioridad y Elena y yo hemos visitado la ciudad en diversas ocasiones, por ello no hemos reservado demasiado tiempo para estar en ella. 
El buen tiempo ha hecho que la vegetación florezca con más rapidez de la habitual y el polen se ha adueñado del ambiente, esto supone para mi, tan propenso a las alergias, un problema que hará que nuestro paseo  sea aún más breve. Aún así tomamos unas fotografías a las que añado algunas de estancias anteriores para que quienes vean este reportaje y no conozcan la ciudad departamental tengan un acercamiento a ella.
 

Hablar de Ferrol es hablar del mar, la historia de esta ciudad ha estado siempre ligada a él. És con Cádiz y Cartagena una de las tres Capitanías Generales con que cuenta la Armada Española. Eso hizo que se ubicasen en ella astilleros de los que han salido tanto buques de guerra como naves dedicadas a la actividad comercial. Alrededor de estos astilleros se desarrolló toda una industria que ha sido el sostén económico de una amplia comarca denominada Ferrolterra. Con influencia sobre una población de unas 200.000 personas conforman con Vigo y su contorno las zonas industriales más importantes de Galicia. Como consecuencia de ello, tanto la una como la otra, se beneficiaron del auge económico de los tiempos de bonanza y han sufrido asimismo, con mayor impacto que otros territorios, las consecuencias de la crisis.
La configuración de la Ría ferrolana la hace altamente segura para las naves que en ella se refugian y su entorno es de una belleza extraordinaria. Su entrada está custodiada por dos castillos, el de San Felipe en la parroquia de Brión, a la derecha si se mira a mar abierto, y el de La Palma situado en el municipio de Mugardos, a la izquierda. Entre ambas fortalezas se extendía una gruesa cadena para imposibilitar la entrada de navíos hasta el puerto.


   
De la eficacia de estos baluartes defensivos, construidos bajo el reinado de Felipe II, puede dar fe la Marina Inglesa que intentó sin éxito invadir  Ferrol en varias ocasiones. La última de ellas en la Batalla de Brión, en el año 1800, cuando las tropas del Contraalmirante Warren sufrieron tal  descalabro que el mismísimo Napoleón se deshizo en elogios para los españoles. Tampoco los franceses, que también lo habían intentado  en 1639 a través del Almirante Henri D´Escobleau, corrieron mejor suerte.



Para ver Ferrol y su ría a vista de pájaro existen varios miradores en los montes cercanos. Uno de ellos, desde el que están tomadas las siguientes fotografías, es el que hay en el Montefaro donde se ubicaron unas baterías de costa, hoy desmanteladas, en el punto llamado de La Bailadora. Las vistas desde ese lugar son impresionantes, se puede llegar a él desde Chanteiro en el Concello de Ares o desde Mugardos, siguiendo la pista que sube desde el Castillo de la Palma:








Volviendo a ras de suelo, nuestro paseo por Ferrol discurre desde la estación a la zona del puerto donde se encuentran las instalaciones militares, Arsenal y Cuartel de Instrucción de Marinería, y los jardines de Los Cantones o Alameda de Suances. Esta zona esta poblada de una densa arboleda, tilos, magnolios y muchos plátanos que para los que tenemos intolerancia al polen constituyen un verdadero peligro; para los que no, es una lugar agradable con jardines y áreas de recreo infantil:





En los jardines de las Angustias se encuentra el monumento que Ferrol dedicó a Pablo Iglesias Posse, uno de sus hijos más ilustres que ocupa un lugar preeminente en la política española. 
Pablo Iglesias,  fundador del PSOE y del sindicato de la UGT,  ocupó el primer escaño de un socialista en el Congreso de los Diputados. Hombre de profundas convicciones y extremada austeridad, protagonizó una anécdota de la que deberían tomar buena nota muchos políticos actuales. Sus compañeros de partido hicieron una colecta para comprarle un abrigo con el que acudió al Congreso. Su atuendo despertó comentarios de mofa de algunos diputados de derecha quienes lo achacaron a un signo de ostentación por su nuevo cargo, eso que motivó que Pablo Iglesias no volviese a usar aquella prenda.


Caminamos por el Barrio de La Magdalena, un ejemplo de arquitectura racional con calles paralelas y transversales. Obviando la diferencia en sus dimensiones me recuerda, en su estructura cuadriculada y rectangular, al Ensanche de Barcelona cuyo plan urbanístico diseñó el ingeniero Ildefonso Cerdá.
Este barrio, es el centro de actividad comercial y lúdica de la ciudad. En el mismo se combinan edificios modernistas con otros más clásicos en los que destacan los balcones con galerías acristaladas.


Los cafés han sido tradicionalmente lugares de encuentro y tertulias, quizás por eso a este de la siguiente fotografía le pusieron de nombre Bla Bla.


En la Plaza de Galicia encontramos el Teatro Jofre, un edificio con una bella fachada modernista diseñada  en 1919 por el arquitecto Rodolfo Ucha Piñeiro, impulsor del modernismo gallego. Esta fachada sustituyó a la original, poco adornada  y austera, que poco tenía que ver con la suntuosidad del interior del recinto.
El teatro se empezó a construir en el año 1862 por iniciativa de un grupo de empresarios que crearon una empresa lúdica cuyos beneficios pensaban destinar al Hospital de la Caridad. Las obras se fueran dilatando y seguramente nunca se habrían terminado de no ser por la aportación económica de Joaquín Jofre Maristany. El empresario, de origen catalán,  nacido en Ferrol y afincado en Buenos Aires, hizo posible que el proyecto fuese una realidad de ahí que el teatro, inaugurado en 1892, lleve su apellido.


Uno de los centros religiosos de máxima importancia es la Iglesia de San Julián a la que el Papa Juan XXIII concedió el título de Concatedral en el año 1959. Es de estilo neoclásico y fue construida entre los años 1766 y 1772.


El centro de la vida política es el Ayuntamiento. El edificio que alberga a la corporación es relativamente reciente, se empezó a construir en 1953 y se inauguró en 1959. Es un gran palacio de estilo imperial, inspirado al parecer en la grandiosidad del Monasterio del Escorial. Está ubicado en la Plaza de Armas, denominación que nos recuerda una vez más el carácter militar que ha acompañado a la ciudad desde siempre.


Nuestro viaje por líneas de Feve ha concluido. Son las 17,18 horas cuando dejamos Ferrol a bordo de un tren regional de Renfe que une esta ciudad con A Coruña. Nos quedan 40 minutos de recorrido  hasta llegar a Betanzos, verdadero final de este periplo ferroviario.
De Ferrol a Betanzos el tren va bordeando el Golfo Ártabro ofreciéndonos bellas panorámicas de los Concellos que atravesamos; Mugardos, Ares, Pontedeume, Betanzos son algunos de ellos.

Uno de los lugares más interesantes por el que pasamos y que Elena y yo conocemos bien es es Pontedeume. Hermosa villa marinera llena de historia, ligada durante la Edad Media a la familia Andrade, señores feudales de las tierras que se extienden entre Betanzos y Ferrol.
Pontedeume (Puente sobre el Eume) debe su nombre al puente de piedra que,  por orden del Conde Fernando Pérez de Andrade "O Boo", se construyó entre 1374 y 1378 para unir ambos márgenes de la Ría que forma el Eume en su desembocadura. El actual, por el que discurre la carretera N-651, se hizo sobre los restos del anterior  que tenía una longitud de 850 metros y 68 arcos. Paralelo a este existe otro puente de hierro por el que pasa el ferrocarril.


Pasear por Pontedeume es entrar en la historia y empaparse de naturaleza. Desde la ciudad se accede al Parque Natural de las Fragas del Eume muy cercano a la misma. 
La homologación como Parque Natural la obtuvo en 1997 y tiene una extensión de 9126 Ha. En el mismo  abunda la flora autóctona con presencia mayoritaria de roble, también castaño y un árbol típico de los bosques de ribera como es el abedul. La vegetación es frondosa y exuberante y en ese hábitat es fácil encontrar  corzos, ciervos, jabalíes, zorros y otras especies.



En el interior del parque se pueden visitar los restos de dos monasterios, el de Santa María de Monfero bastante deteriorado (hablo de mi última visita al mismo hace algunos años) y el de San Juan de Caaveiro que si se ha restaurado en profundidad.






Son las 18,00 horas cuando nos apeamos del tren en Betanzos Cidade una de las dos estaciones, situada en la parte baja junto a un parque, con las que cuenta la ciudad. La otra estación es Betanzos Infesta, esta ubicada en la parte alta y corresponde a la línea férrea que une A Coruña y Monforte de Lemos.



Betanzos, llamada también la Ciudad de los Caballeros, fue una de las capitales de Reino de Galicia. Durante muchos años ha sido el centro de referencia económico de la zona gracias al gran mercado quincenal que congrega visitantes y curiosos de muchos kilómetros a la redonda. 






Para Elena y para mi, estar aquí es como estar en casa pues venimos a menudo a comprar o a pasear ya que solamente nos separan 19 kilómetros de casa.  Mª Dolors y Domingo no habían estado antes por lo que hacemos una  breve visita antes de seguir para Carnoedo. 
Betanzos tendrá en algún momento una entrada exclusiva en  mi Blog pues son muchos los atractivos que encierra la ciudad por ello, en esta ocasión, me limito a incluir solamente algunas fotografías.





 
Ha sido una semana intensa. Combinando los viajes en trenes de Feve y  Renfe  con largos paseos a pie, hemos recorrido la cornisa cantábrica. Cansados, pero satisfechos de esta experiencia, llegamos a nuestra casa de La Pedreira para reencontrarnos con un paisaje que no, por conocido, desmerece de los muchos que hemos disfrutado estos días.



 
La Pedreira 09 de abril de 2011

Matías Ortega Carmona

viernes, 19 de febrero de 2016

DE BILBAO A FERROL EN TREN DE VIA ESTRECHA - 6ª PARTE RIBADEO-VIVEIRO








DE BILBAO A FERROL EN TREN DE VÍA ESTRECHA

6ª PARTE RIBADEO-VIVEIRO.



Ocho de abril de 2011. Hoy hemos madrugado más que ningún día, pues el tren que nos llevará hasta Viveiro sale de Oviedo a las 07,45 horas. Desde el hotel nos piden un taxi y en pocos minutos estamos en la estación. Una última ojeada al recinto y a su publicidad, impresa en murales de azulejos, que nos retrotrae  unos años atrás,  como si los productos que se anuncian tuviesen que ser eternos y las empresas que los fabrican también. Posiblemente  ni los unos ni las otras  existan actualmente, aunque hay productos que si son de toda la vida, como el jabón lagarto:




En nuestro camino hacia Viveiro, antes de dejar Asturias, el tren pasará por algunas localidades que quedan pendientes para el siguiente viaje:  
Cudillero, preciosa villa marinera con hermosas playas como la del Silencio, de la que me han hablado pero que aún no he tenido la oportunidad de conocer.
Luarca, otro lugar de esos de foto de calendario por sus bellos paisajes. Desde el trazado ferroviario apenas, allá en la lejanía, se ve el mar, pues el apeadero está situado a las afueras de la población. No obstante he visto muchas fotografías y reportajes en Tv que me confirman la belleza de esta parte de la costa asturiana.





Nace en los montes del Cebreiro, en tierras gallegas, pero la mayor parte de su recorrido en busca del mar lo hace por suelo de Asturias, siendo uno de los grandes ríos de esta región. Desde el tren vemos su desembocadura en el termino municipal de Navia, la población que lleva su mismo nombre.



Trucos siempre hay,  pero es casi imposible evitar los reflejos en las fotografías realizadas desde el interior del tren, aún así incluyo algunas porque creo que la vista merece la pena y aportan mayor interés a la narración.
La proximidad del Río Eo, frontera natural entre Galicia y Asturias, nos anuncia que estamos a punto cambiar de autonomía. Vegadeo será la última parada asturiana del tren, en pocos minutos, después de atravesar un un puente construido para el ferrocarril, estaremos en tierras del Concello de Ribadeo.




RIBADEO



Ribadeo es la puerta de entrada a Galicia desde la cornisa cantábrica,  por ese motivo en el Escudo de la ciudad figura una llave sobre las olas del mar. 
En este viaje que os estoy narrando no era una parada prevista y de hecho no llegamos a bajar del tren. Pero por el interés que esta población encierra y también para ampliaros la información a aquellos que seguís  mis reportajes  he querido incluir unas fotografías y unas breves reseñas sacadas de una visita anterior. En esa ocasión, en lugar de Mª Dolors y Domingo, a Elena y a mí nos  acompañaba su hermana Berta.




10 minutos escasos separan el apeadero del centro de Ribadeo, un paseo  que hicimos recorriendo el mercado semanal que se celebra en la localidad desde tiempos de Fernando III. Éste otorgó a la villa ese privilegio en su Carta Fundacional. Enrique de Trastámara entregaría  el dominio de la misma, en pago por servicios prestados,  al Caballero Francés Pierre de Villeines, posteriormente el Concello  estuvo bajo la tutela  de la Casa de Alba.
Las construcciones de los llamados Indianos son uno de los grandes atractivos de Ribadeo. Quizás la más llamativa de éstas sea La Torre de Los Morenos, situada en la Plaza de España  (popularmente Praza do Campo). Aquí también se ubica el Parque de San Francisco, hermosa zona ajardinada poblada de magnolios, palmeras, pinos, plátanos, araucarias, etc 


Un lugar curioso convertido en Parque Temático es el antiguo cargadero de minerales que se construyó cerca de la zona portuaria.  Éste  ferrocarril, encargado de transportar esas materias desde a Pontenova hasta Ribadeo, funcionó desde el año 1904 hasta 1964. 
Cerca de este recinto se encuentran restos de lo que en su día fue el fuerte de San Damián, desde ambos lugares las vistas que se pueden contemplar son magníficas.



En la parte alta de esta fotografía podemos ver la costa asturiana y un pueblo lleno de encanto como es Castropol. Para llegar hasta ese Concejo se construyó el Puente de los Santos que forma parte de la llamada Autovía del Cantábrico. Es una gran obra de ingeniería, aunque a mi particularmente no me guste demasiado el lugar donde  está ubicado, que evita a los automovilistas efectuar un largo desplazamiento para cruzar la ría.

Ribadeo ha sido cuna de personajes ilustres que han ejercido como tales aunque su vida, como profesionales o como emigrantes, les haya llevado a otros lugares:
Leopoldo Calvo Sotelo, que fuera titular de varios ministerios y finalmente fugaz Presidente del Gobierno (25 de febrero de 1981 al 1 de diciembre de 1982), nació en Madrid,  pero tres de sus cuatro abuelos eran ribadenses y él estuvo siempre ligado a esta tierra en la medida que se lo permitía su actividad. Después de dejar la presidencia del gobierno fue nombrado, por el Rey, Marqués de la Ría de Ribadeo.
José María Alonso y Trelles, conocido como El Viejo Pancho, emigró joven, primero a Argentina, donde no estuvo demasiado tiempo y después a Uruguay, donde vivió la mayor parte su vida. Fue dramaturgo y periodista desarrollando toda su carrera como escritor en tierras uruguayas, donde le consideran uno de los grandes exponentes de su literatura. 
Como otros escritores, también se vio tentado por la política, ocupando un escaño de Diputado en la Cámara de Representantes Uruguaya. Ésta hubo de emitir un dictamen confirmando su idoneidad para el cargo, que algunos le negaban por su condición de extranjero, obviando que ya había obtenido su carta de ciudadanía seis años antes. Una estatua suya, financiada por la colonia española en Montevideo,  le rinde homenaje en el Parque de  San Francisco.





Ligado a Ribadeo está uno de los monumentos naturales más importantes de la costa lucense, se trata de la Playa de Las Catedrales. La erosión causada por el viento y las olas del mar han dado curiosas formas a las rocas que pueden ser contempladas cuando la marea está completamente baja. Como puede observarse, no es el caso de la fotografía que incluyo debajo de este texto (cedida por mi hija Graciela) en la que solo puede verse uno de los arcos. 
Para poder ver bien la playa y los arcos conviene informarse antes de ir, tanto del estado de la marea como de si no se ha agotado el cupo de visitas permitidas. La afluencia  masiva de turistas y la poca urbanidad de muchos de ellos ha hecho necesario limitar el numero de visitantes.




Tras esta parada virtual en Ribadeo continuamos nuestro viaje con destino Viveiro. Vamos bordeando la costa de Lugo y divisando el Cantábrico con paisajes de mar abierto.



Las "rubias" (vacas autóctonas  gallegas),  sesteando en los prados, son un recordatorio más de que nuestro tren circula por Galicia;  sin renunciar a nada de lo que hemos visto,  me gusta la sensación de sentirme en casa.



Estamos llegando a Burela, población importante por su puerto pesquero a cuya lonja llega en grandes cantidades  el bonito del cantábrico. Es uno de los manjares que nos ofrece este mar que contribuye en buena medida al desarrollo económico de la zona. El turismo es otro de los reclamos de esta comarca de la marina alta, pues son muchos los visitantes que llegan hasta ella atraídos por sus hermoso paisajes.




VIVEIRO



Hemos reservado habitación en el Hotel Orfeo, un establecimiento clásico según la información de Internet pero, ajustándonos a la realidad, podríamos decir más bien antiguo. Las habitaciones son amplias, dan a la parte de la ría y lo mejor es la terraza que está sobre ésta. La vista desde allí es espléndida, tanto de día como de noche.





Cuando llegamos al hotel la marea está completamente baja, irá subiendo a lo largo de la tarde hasta ofrecer un paisaje totalmente distinto. La naturaleza, en el Cantábrico y el Atlántico, nos obsequia con esos maravillosos cambios.
Las chicas de la recepción son muy amables, aunque nosotros llevamos información, ellas nos la amplían con sus comentarios y nos indican un restaurante cercano donde comer. Es un local al que acude gente trabajadora del lugar donde nos atienden muy bien, con un menú económico y abundante como suele ocurrir en Galicia. Aquí, cuando se sientan a la mesa, es para alimentarse bien y no para distraer el hambre.

Viveiro es la capital de la comarca de la Mariña Occidental y está ubicado en la Ría del mismo nombre, la cual forma el Río Landro en su desembocadura.  Con sus casi 16000 habitantes, es el tercer concello mas poblado de la provincia de Lugo. 
Viveiro es pura historia y ligados a ella están, por diversos motivos, los nombres de Don Pelayo, Doña Urraca, los Reyes Católicos y otros. Sus orígenes se remontan a la Edad de Hierro, aunque fue en la Edad Media cuando experimentó su principal auge.
Del recinto amurallado de la Edad Media quedan en pie solamente tres de sus puertas, la más popular es La Puerta del Puente o Puerta de Carlos V. Se le puso el nombre del Emperador en reconocimiento a sus favores, al eximir a la Villa del pago de impuestos  por un periodo de tres años, tras sufrir la misma un pavoroso incendio en 1540.


Famosas son sus fiestas populares entre las que destacan  la Rapa das Bestas de Candaoso y la Romería de Naseiro, conocida también como Romaxe do Bo Xantar, ambas de Interés Turístico Nacional.
La Rapa das Bestas se celebra el primer domingo de julio y su principal actividad consiste en reunir los caballos que durante el resto del año pastan libres en los montes cercanos para rapar sus crines. Como en cualquier fiesta gallega que se precie no faltan en este evento la música y el buen comer.
Si de comer se trata, la Romería de Naseiro se lleva la palma. Durante cinco días, a finales de agosto, en los parajes cercanos a los meandros del Río Landro se come, se bebe y se baila, siendo protagonistas el pulpo (polbo a feira principalmente), las empanadas, las sardinas, etc. 
En la tarde del lunes  posterior al cuarto domingo de agosto, como colofón de las fiestas, se celebra el tradicional descenso del Río Landro. Es un evento lleno de humor en el que cualquier artilugio, a cada cual más original, sirve para meterse en el agua tratando, en la mayoría de los casos sin ningún éxito, de mantenerse a flote.
Nuestro viaje es en abril y no podemos participar de las fiestas que he citado, pero nuestro objetivo es conocer Viveiro, paseando por sus calles y disfrutando de sus maravillosos paisajes. En esa labor volvemos a reencontrarnos con Mara, nuestra amiga de Oviedo, que también ha visitado la ciudad y muy amablemente me ha cedido unas fotografías para incluir en este reportaje.


Uno de lo lugares de imprescindible visita, si se quiere tener la mejor perspectiva de la Ría y la población, es el Monte de San Roque. En su cima hay una pequeña capilla dedicada al Santo y un Área Recreativa, pero lo importante es lo que desde allí se divisa y eso es lo que nos muestran las fotografías de Mara:









Nuestro primer paseo, después de comer, será hasta Covas, donde se ubican las playas más extensas y alguna zonas de dunas que aún, y esperemos que por mucho tiempo, se conserva.
Para llegar a Covas lo haremos caminando por el Paseo Marítimo que bordea la Ría, la cual atravesaremos por el Puente de la Misericordia que data de los siglos XV-XVI. Construido sobre un antiguo puente romano, a lo largo del tiempo ha sufrido diversas transformaciones  que  han hecho que de sus  doce arcos iniciales  quedan actualmente solamente nueve.
 

A lo largo del Paseo Marítimo y en sus proximidades, podemos observar diversos restos de un naufragio que comentaré en unos momentos.




Seguimos gozando del buen tiempo que nos ha acompañado en los seis días que llevamos viajando, un viaje que recordaremos con agrado por la belleza de todo lo que estamos viendo.




Pasado el Puente de la Misericordia, encontramos un parque muy bien acondicionado, con una densa arboleda donde se alternan palmeras, pinos, eucaliptos y otras especies, También hay bancos, mesas y un pequeño estanque, todo ello para   para que lugareños y visitantes puedan descansar y recrearse con el entorno:






Después del parque empieza la zona de dunas, antesala de una larga playa de fina y  arena:








  
Cercanas a la playa se elevan unas rocas bautizadas debido a su forma y altura como Os Castelos. 
En un pequeño islote rocoso se erigió un monumento en recuerdo del naufragio de la fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo. Una tremenda tragedia que  causó más de 500 muertos cuando ambas naves sucumbieron juntas ante la furia del mar. Aún, en las grandes resacas que algunas veces se producen con las tormentas, se pueden ver restos de aquellos navíos que yacen en el fondo marino muy cerca de la costa.




Con el Plan de Costas se han habilitado caminos y senderos que bordean las mismas. También se han construido miradores y áreas de descanso sobre la Ría que permiten admirarla en todo su esplendor.


La noche es muy oscura , la luna está ausente y apenas se distingue nada en nuestro entorno que no sea la iluminación eléctrica reflejandose en el mar. Nosotros nos retiramos a descansar; mañana seguiremos conociendo Viveiro.

Sábado, última etapa de este periplo, esta noche dormiremos en Carnoedo, pero aún queda día por delante para seguir con nuestro viaje. Salimos del hotel dispuestos a desayunar y dar un paseo por el casco antiguo, donde ya estuvimos anoche degustando un sabroso pulpo.
Pasamos por los jardines Noriega Varela, donde un monolito recuerda al poeta, nacido en Mondoñedo y afincado en la postrera etapa de su vida en Viveiro. Antonio Noriega fue un escritor comprometido el movimiento agrario, parte de sus poemas están dedicados a animar la lucha de los agricultores en busca de mejorar sus derechos.


Otro de los atractivos de Viveiro es su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional. Durante esos días los lugareños y visitantes viven con fervor esa fiesta religiosa. 
Son varias las iglesias y conventos que hay en la localidad, mis fotografías corresponden a las más significativas que son la de San Francisco del siglo XIV y Santa María do Campo del siglo XII, ambas de estilo románico. Junto a esta última se encuentra otro lugar religioso de interés como es el Monasterio de la Concepción donde, recordando Lourdes, se ha recreado una capilla imitando la gruta donde apareció la Virgen







La Plaza Mayor es un referente en la población, alrededor de ella todo un entramado de pequeñas calles y plazas conforman el burgo viejo.  
En esta plaza se encuentra la antigua Casa Consistorial con una bella fachada en piedra. Destacan el balcón presidencial en la primera planta y una balaustrada en la segunda, en la que se pueden ver los escudos de Viveiro y Galicia a los lados y un reloj de sol, coronado por la escultura de un león, en el centro.


La mayoría de edificios adornan sus fachadas con las tradicionales galerías acristaladas, lacadas en blanco, que tanto abundan en Galicia. 
Ocupando una de las esquinas se encuentra la estatua del polifacético hijo de la ciudad Nicomedes Pastor Díaz. Nacido en  1811, desarrolló una larga carrera política en la que ocupó varios ministerios, siendo nombrado, en reconocimiento a su brillante carrera, Senador Vitalicio por el General O'Donnell, que ocupaba en aquellas fechas la Presidencia del consejo de Ministros. 
Pastor Díaz tuvo una destacada trayectoria como  periodista fundando los periódicos El Sol y El Heraldo. También fue amplia su obra literaria en la que destacó como novelista y poeta.



Me llama la atención una pequeña plaza cuyo nombre, Los cuatro Linajes, me traslada por un momento a otra plaza ubicada en Soria, donde los linajes son doce, pues mayor era el numero de nobles con incidencia en el gobierno de la ciudad. La plaza que vemos en Viveiro, con una fuente en el centro, es conocida también como  Plaza da Herba.


Caminando, caminando, hemos llegado hasta una rotonda situada cerca de la Estación de Autobuses, lo que nos recuerda que en breve debemos estar otra estación, la del ferrocarril, para continuar viaje hacia Ferrol.



Desde el hotel hasta el apeadero del tren el camino se hace corto. Grabados en la memoria, por si acaso también en nuestras cámaras fotográficas, llevamos los momentos y paisajes con los que nos ha obsequiado esta Ría.
En esta fotografía se puede observar el puente sobre el ferrocarril por el que dentro de un momento pasaremos a bordo del tren. 
  
El Puente de la Misericordia que ayer atravesamos a pie para llegar hasta Covas. A la derecha el edificio rojo y blanco del que fue en otro tiempo el Hotel Venecia y en la actualidad es la Sede del Conservatorio Profesional de Música.


Con la música que cada uno quiera poner a los paisajes y con la idea de volver seguimos adelante, Ferrol nos espera.

Viveiro 09 de abril de 2011

Matías Ortega Carmona