viernes, 26 de agosto de 2016

VIAJE POR LA CATALUÑA CENTRAL Y EL PIRINEO GERUNDENSE - 3ª ETAPA RIPOLL




VIAJE POR LA CATALUÑA CENTRAL Y EL PIRINEO GERUNDENSE - 3ª ETAPA



RIPOLL





Miércoles 13 de abril; después de un buen desayuno en el hotel nos dirigimos a la estación para tomar el tren de las 09,44 horas que en 20 minutos nos llevará hasta Ripoll.
La capital del Ripollés es una ciudad cercana a los 11000 habitantes, situada a unos 700 metros de altura sobre el nivel del mar en las estribaciones pirenaicas. La villa creció bajo la tutela del Monasterio de Santa María, fundado por Guifré el Pilós (Wilfredo el Velloso) convirtiéndose en un lugar de referencia en la Edad Media. Está considerada como el Bressol (la cuna) donde nació la Cataluña que hoy conocemos, ya que desde esas comarcas se inició la Reconquista del terreno invadido por los árabes y se difundió la cultura.
Como suele ser frecuente en nuestros viajes, no es la primera vez que Domingo y yo visitamos esta ciudad, pues nuestro quehacer profesional ya nos había llevado anteriormente hasta ella. Yo incluso me había alojado en el antiguo Cuarto de Agentes, situado en terrenos de la Estación, que se encuentra actualmente cerrado y tapiados sus accesos para evitar actos de vandalismo. En esta ocasión llegamos a esta Villa como turistas, acompañados de nuestras esposas Mª Dolors y Elena, ávidos de disfrutar de su rico patrimonio cultural y arquitectónico.


En el camino desde la Estación de Ferrocarril hasta el Centro Urbano encontramos el monumento a la Sardana. Hay quien dice que esta es una danza algo anodina y un poco sosa pero para los catalanes y para aquellos que le presten la debida atención, puede resultar muy emocionante ya que en esos pasos y manos unidas está el sentimiento y la tradición de un maravilloso pueblo. 

El Ter es el río más importante de provincia de Gerona, a su paso por Ripoll su cauce está limpio y las aguas fluyen cristalinas, con un suave rumor que hacen muy agradable pasear junto a él.






Sin ninguna duda el monumento religioso más importante de esta ciudad y también de Cataluña por el peso cultural que tiene en la historia es el Monasterio de Santa María, que mencioné anteriormente.

Está situado entre el Ayuntamiento y la Iglesia de San Pere;  de estilo románico  se empezó a construir en el año 880 consagrándose la primera iglesia en el 888. A  partir del 1108,  siendo Abad el bisnieto de Guifré el Pilós, el monasterio alcanzó su mayor esplendor. Oliba, que así se llamaba, había renunciado a sus títulos de Conde de Ripoll y Berga para hacerse monje benedictino. Ingresó en el monasterio en el año 1102 siendo elegido Abad en el 1108. Bajo su dirección  se amplió la Basílica y se construyeron las dos Torres de los Campanarios. Una de estás torres y el techo de la nave central, se derrumbarían como consecuencia de un gran terremoto en el año 1428.



Además de sus funciones religiosas el monasterio tuvo una intensa labor intelectual. A la muerte del Abad Oliba contaba con 982 Códices y tres Biblias, que se encuentran actualmente en el Museo del Vaticano.
Otra de las joyas de este monumento es la Portada que data del Siglo XII. En ella están representados Dios en el trono y los Cuatro Evangelistas en torno a Él. También hay pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento y episodios de la vida de San Pedro y San Pablo, además de los meses del año y signos del zodiaco.





Pasamos al interior del templo que me parece bello pero austero, como lo son los preceptos que emanan de la propia Orden Benedictina. En la actualidad la Iglesia dispone de tres naves, la principal y otras dos laterales, que son fruto de las distintas remodelaciones que a lo largo del tiempo se han ido haciendo en el monasterio. 
Son muchas las penalidades que desde su fundación hasta nuestros días  ha soportado este lugar. El terremoto ya citado, las guerras con los franceses y las contiendas Carlistas, la Desamortización de Mendizabal, etc. De todo ello, cual Ave Fénix, ha ido renaciendo de sus propias cenizas.
Al entrar, a la derecha, encontramos la Capilla de Sant Eudald, Patrón de Ripoll, cuyas reliquias se conservan en la misma.


En el Ábside Central se encuentra el Altar Mayor y el Mosaico  de Santa María que fueron una donación del Papa León XIII. 



Las pinturas en algunas paredes y techo del Cimborrio rompen la monotonía y la sobriedad de la piedra.




Colgado del techo de la nave  central se encuentra  un estandarte repuesto por el Grupo de Historia del Casal de Mataró. Éste es replica del original, obra de los arquitectos  mataroneses Puig y Cadafalch y Emili Cabanyes, donado en 1893 por la Asociación Artística y Arqueologica de dicha ciudad (la mía, dejadme que presuma un poco de ello).



En el fondo y laterales de la Basílica se encuentran diversos sarcófagos en los que reposan los restos de los Condes de Besalú y los de  Barcelona, desde Gifré el Pilós hasta Ramón Berenguer IV.










Entre los años 1968 y 1976 se llevaron a cabo  unos trabajos arqueológicos para comprobar la posible existencia de una Cripta Románica bajo el Altar Mayor. No se halló rastro alguno de lo que se buscaba pero en su lugar apareció una necrópolis con 65 tumbas, algunas con 1400 años de antiguedad.  Desde el 15 de abril de 2015 es posible visitar estos restos junto a las demás dependencias del monasterio.




Dejamos lo que antaño fuera el lugar de reposo de los muertos para acabar de ver la Iglesia con más tranquilidad ahora que un grupo numeroso de visitantes, supongo que del Inserso, han concluido su visita.










 Nos despedimos del templo pasando junto a la tumba del Obispo Josep Morgades y Gili quien en 1892, siendo Obispo de Vic, impulsó la restauración del Monasterio de Santa María como antes había hecho con el de San Juan de las Abadesas y otros más.


Los claustros de los recintos religiosos siempre me han atraído, sobre todo si consigo visitarlos sin aglomeraciones. Mi espíritu se impregna de la tranquilidad de esos lugares y puedo sentirme compañero de aquellos monjes que los transitaban en silencio y oración. Quizás mi forma de entender las plegarias no sea la misma pero, como ellos, persigo la paz del espíritu y deseo que esa paz pueda, algún día, alcanzar a toda la humanidad.

Este Claustro pertenece al románico tardío y su construcción se dilató en el tiempo casi cuatro siglos por lo que, en la planta superior, se aprecian  influencias del gótico. Es un conjunto de gran belleza compuesto por 112 arcos de medio punto soportados en 252 columnas. 






Es recomendable la visita al Centro de Interpretación del Monasterio. En el mismo se puede ver copia de diversa documentación a través de la cual los visitantes pueden conocer toda la historia y vicisitudes que han rodeado la vida de este lugar. Como examinarlo todo a fondo llevaría demasiado tiempo, opto por una visita fotográfica que me permitirá ir consultando cualquier detalle cuando lo precise.







Una vez visto el interior  damos un paseo por los alrededores de este conjunto monumental, visitando los jardines que hay en la parte trasera desde los que podemos fotografiar el ábside central y los de las capillas adyacentes por su parte exterior.


Se ha hecho hora de comer y nos dirigimos al Restaurante Brasería del Molí situado en La Plaza de San Eudald, a la que se asoman bellos edificios modernistas. Los comentarios que había leído en Internet no nos engañan y comemos muy bien. El local dispone de una terraza en el exterior pero aunque disfrutamos de buen tiempo encontramos más confortable comer en el interior.




Después de comer damos un paseo, durante el cual podemos ver la obra de diversos arquitectos modernistas plasmada en bellos edificios que jalonan nuestro recorrido. La Casa Alós, conocida como la casa del Marqués de Dou o Casino Viejo, la Casa Muntades, la Casa Bonada, la Casa Sisqués, etc son algunos de los trabajos que arquitectos como José María Pericas o Joan Rubio i Bellvé dejaron en Ripoll.






La tarde la dedicaremos a visitar el Museo Etnográfico, que es uno de los más importantes de Cataluña de este tipo. Fue inaugurado en 1929 y en el mismo se conserva un importante patrimonio material representativo de las costumbres, oficios y cultura catalana. El edificio está ubicado en la Plaza Abad Oliba junto a la Iglesia de San Pere y a escasa distancia del Monasterio de Santa María.



En las diversas salas del Museo podemos contemplar multitud de objetos relacionados con el mundo rural y los diversos oficios artesanales. También una gran colección de armas, cerámicas, trajes y una reproducción de una Farga tradicional catalana, industria que tuvo gran importancia en la zona.


















Finalizada la visita al Museo es el momento de desandar el camino hasta la estación de ferrocarril para volver a nuestro hotel en Ribes de Freser. Mañana nos espera otro día intenso con la visita a Puigcerdá, la capital de la Comarca de La Cerdanya.




Ripoll 13 de abril de 2016.

Matías Ortega Carmona