sábado, 2 de junio de 2018

PASEANDO POR EL BARRIO GÓTICO DE BARCELONA





PASEANDO POR EL BARRIO GÓTICO DE BARCELONA


Torre de la Catedral de Barcelona y restos de las murallas.

Aunque el grupo sea el habitual, es decir Elena, Mª Dolors, Domingo y un servidor, en esta ocasión no se trata de un viaje de días ni demasiado lejos de Reus. Haremos una excursión de ida y vuelta en la misma fecha para pasear por el Barrio Gótico de Barcelona, el cual nos resulta tan familiar como desconocido en algunos detalles. 
Suele ocurrir que no prestemos toda la atención que merece a lo más cercano. También  muchas veces son los forasteros los que con sus comentarios nos descubren cosas por estar tan a mano no disfrutamos. He pasado,  que no paseado, incontables veces por esas calles; he visto, que no mirado con detalle, esos edificios llenos de historia y belleza, he mirado las altas torres de las iglesias sin entrar en ellas y a todo eso es a lo que hoy,  mis compañeros de viaje y yo, queremos poner remedio.




Llegamos a Barcelona Sants y tras un rápido transbordo de trenes nos apeamos en la estación de Barcelona Plaza Cataluña. Son las 11horas  de la mañana cuando atravesamos esta plaza, otro de los centros neurálgicos de la ciudad, para dirigirnos por la Avda. Puerta del Ángel al Barrio Gótico.
Nuestra primera y breve parada será en la Plaza de la Villa Madrid donde podemos ver la estatua de la Maja Madrileña y los restos de una Necrópolis Romana que las excavaciones arqueológicas han dejado a la vista:




Seguimos caminando hasta la calle Portaferrisa en cuya entrada por  el lado de La Rambla hay una fuente con un mural de azulejos. La imagen  recuerda como era el acceso a la ciudad por ese lugar en la Edad Media:



A mitad de la calle, a mano derecha según vamos hacia la Plaza de la Cucurulla, encontramos otro mural de azulejos que nos informa de como se fundó la Cartuja de Scala Dei en el Priorato, provincia de Tarragona, un lugar lleno de encanto, con excelentes vinos, que recomiendo visitar:



Para aquellos que no domináis ese hermoso idioma que es el catalán os dejo la traducción de este texto:

"El Rey Alfonso de Aragón, envió dos caballeros que buscasen por toda Cataluña un lugar adecuado para fundar una Cartuja. Bajo la Sierra del Montsan encontraron un pastorcillo.Este les informó de que en ese lugar se había reproducido el sueño de Jacób, una escalera que llegaba hasta el cielo por la que los ángeles subían y bajaban. Los caballeros consideraron que ese era el lugar ideal para establecer la Cartuja a la cual, naturalmente, llamarían Scala Dei (Escalera hacía Dios). "

A unos pasos  de la Plaza de la Cucurulla encontramos la Font de Santa Anna una construcción gótica de 1356. Esta fuente, era uno de los diversos puntos de la red de abastecimiento que  aseguraba el suministro de agua a la ciudad.





Originariamente esta fuente tenía forma octogonal pero con la construcción del Palacio Pignatelli quedó adosada a este,  perdiendo tres de sus lados como muestran las fotografías.
En una de las paredes del Palacio podemos ver un curioso punto de luz donde el farol es sostenido por la escultura de un angelote.



Lo que hemos visto hasta ahora y el camino recorrido son el aperitivo de la visita fuerte del día, la Basílica de Santa María del Pi. Aquí, no solo veremos el interior del templo, también subiremos a su campanario de 54 metros de altura y eso requiere un esfuerzo que seguramente no estaríamos en condiciones de realizar al final de la jornada. 





Por el Carrer de la Palla, llegamos a la Plaça del  Pi (Plaza del Pino). En la misma están instalados varios puestos de venta de productos gastronómicos que restan algo de encanto a este recinto aunque le dan un ambiente más informal y festivo. El Pino (evidentemente se ha ido reponiendo a lo largo de los siglos) que da nombre a la plaza se eleva hacia el cielo a un lado de la misma.



Hasta las 12 horas no comienza la visita guiada pero podemos acceder al interior del templo lo que aprovecho para hacer fotografías con tranquilidad.



La Iglesia es de estilo gótico catalán, también llamado gótico tardío, y fue construida en el Siglo XIV en un plazo relativamente breve pues según nos informa nuestro guía se emplearon "solamente" unos 75 años.
Consta de una sola nave  con capillas laterales buscando un mayor aprovechamiento del espacio. A lo largo del tiempo ha sufrido distintos daños con motivo de guerras, la de la Independencia con los franceses o la Guerra Civil española por poner unos ejemplos. 
También sufrió las consecuencias del terremoto que en 1428 se vivió en Cataluña.  Estas vicisitudes han obligado a cambiar los vitrales del Rosetón de la fachada, el mayor de las iglesias catalanas con sus 10 metros de diámetro, hasta en tres ocasiones. En dos de ellas se cambió el dibujo obtandose en el actual  por hacer una copia fideligna del original.




El Altar Mayor carece de Retablo, el  que había fue quemado por anarquistas en los primeros días de la Sublevación de 1936. En la actualidad este espacio está presidido por una imagen de la Virgen realizada por el escultor Enric Monjó en 1973. La sillería de estilo rococó, obra de Josep Más i Dordal en 1771, que había sido retirada anteriormente, se volvió a colocar tras la Guerra Civil para sustituir a la que ardió en 1936.
Quiero recordar aquí la figura del arquitecto tarragonés Josep María Jujol al que he dedicado alguna de mis publicaciones, al que se encargaron los trabajos de reconstrucción entre 1939 y 1943.


Como es mi costumbre, no quiero excederme en explicaciones que puedan  convertir mis reportajes en una guía turística, por ello tras estos apuntes de introducción dejaré que recorráis el interior de la iglesia acompañados de mis fotografías. Es una forma de que compartáis mis viajes  pero viviendo  vuestras propias sensaciones.

















En tanto realizaba mi sesión de fotos ha ido llegando más gente y también  Jordi, el Guía. Pregunta de que lugares venimos  para dar las explicaciones en los idiomas correspondientes y como los nativos que estamos entendemos todos el catalán y los extranjeros el inglés, utiliza estos dos idiomas. 
Recorremos la Basílica escuchando los detalles que nuestro anfitrión, de forma escueta y amena, nos va dando hasta que llega el momento de subir a lo alto de la torre.



54 metros y 260 escalones de escalera de caracol nos separan de nuestra meta. Jordi nos tranquiliza diciendo que iremos efectuando paradas en los distintos descansillos que tiene la torre y que de esa forma la subida es bastante llevadera.  Cuando llegamos al primer rellano estoy tentado a darle la razón.



Desde el primer piso vemos el acceso al Museo, que está justo debajo, pero también divisamos la parte de arriba y automáticamente las piernas empiezan a pesar. Ya no comparto el optimismo del Guía, que está acostumbrado, pues hace esa ascensión al menos dos veces diarias.



Es evidente que mi forma física y mi peso no ayudan para hacer este tipo de ejercicio, hago de tripas corazón y no me rindo. Por otra parte, aunque tuviese la tentación de hacerlo, se nos ha  advertido antes de subir que por motivos de seguridad nadie puede quedarse aislado del Guía.



Cuando llegamos al campanario, la mayoría piensa que la ascensión se ha acabado pero yo (que me he documentado para la visita) se que aún queda un tramo de escalera que lleva a la azotea. Seguimos.



 Las torres de La Catedral sirven de fondo para que le haga una foto de recuerdo a Domingo. Se nota que se cuida más que yo y mantiene la forma a pesar de llevarme unos años. Mientras que  a mi me tiemblan las piernas  a Él lo veo de lo más fresco.
El día no acompaña demasiado en cuanto a la limpieza del aire por exceso de polución. Ello hace que las vistas que tenemos desde este emplazamiento no las disfrutemos como lo haríamos un día más claro. Vemos toda Barcelona pero sin la nitidez que nos gustaría.









Antes de abandonar Santa María del Pi nos despedimos de los  tradicionales gigantes cuyos bailes no pueden faltar  en las fiestas populares. A pesar de que  que no podré evitar los reflejos en las fotografías, pues están guardados en armarios con puertas de cristal, decido incluirlos en el reportaje. El Gegant del Pi tiene historia y también su propia canción.





En una fachada de la Plaza que lleva su nombre, vemos una imagen de Sant Josep Oriol, prelado que ofició en esta Basílica en la cual fue enterrado. Esta plaza  es contigua a la del Pi, dando a ella uno  de los muros exteriores de la Iglesia. 






En este entorno, encontramos una estatua que recuerda al dramaturgo Ángel Guimerá, gran escritor en lengua catalana que nos dejó, entre otras, obras como Terra baixa o la Rondalla en tres actos, La Santa Espina, a la que puso música el compositor Enric Morera.



Retomamos el Carrer de la Palla para llegar hasta La Plaza de La Catedral. Como la visita al templo tiene horario continuo y ya son las 13,30 horas,  decidimos ir a comer antes de visitarlo. 
Cogemos la Calle Santa Llúcia donde, en el numero 1, se encuentra la Casa de L'Ardiaca, Museo Histórico de la Ciudad de Barcelona, lugar que bien merece unos minutos de atención. 


El edificio, de estilo gótico,  nos da una idea de como son el resto de los que componen este barrio barcelonés, en ellos no suelen faltar la fuente y el jardín junto a algunos detalles que resaltan su belleza.



Desde el primer piso se obtiene una vista mas armoniosa de todo el conjunto  y también se divisa una de las torres de La Catedral:





La Calle del Bisbe (Obispo) es una de las más transitadas del Barrio Gótico. Une las plazas de La Catedral y la de Sant Jaume donde se ubican el Palacio de La Generalitat y el Ayuntamiento. 


Balcón del Palacio de La Generalitat


La Calle del Bisbe es corta pero es recomendable recorrerla con pausa, contemplando cada edificio y fijándose en detalles como el puente que  une el Palacio de la Generalitat con La casa dels Canonges, llamada así porque en su origen vivían allí los canónigos del cuerpo catedralicio.



Actualmente La Casa del Canonges es la Residencia Oficial  de los Presidentes de La Generalitat de Catalunya. Cabe señalar que los únicos que la ocuparon de forma efectiva fueron Francesc Maciá y Lluis Companys que gobernaron la Autonomía durante la Segunda República  de 1931 a 1940 hasta que la sublevación fascista terminó con la legalidad democrática. Con la recuperación de las libertades y la vuelta del exilio del President Josep Tarradellas, éste, volvería a fijar allí el domicilio presidencial aunque sus sucesores en el cargo solamente  lo han utilizado de forma esporádica.



Tras recuperar fuerzas con la comida y descansar un poco las piernas, que aun notan el esfuerzo de la mañana, nos dirigimos por la Calle Paradis hasta el Templo de Augusto. De éste solamente quedan unas columnas en lo que hoy es la Sede de la Asociación Excursionista de Catalunya. Aún así recomiendo no perderse una  visita que no requiere demasiado tiempo y nos permite ver estos vestigios de la Civilización Romana.





La remodelación de este espacio la llevó a cabo (no está de más recordar a paisanos ilustres) el arquitecto mataronés Josep Puig i Cadafalch, un referente dentro de la Arquitectura Modernista.




La Catedral de Barcelona está dedicada a la advocación de La Santa Cruz, de ahí que ésta presida el Altar Mayor, y también a la de Santa Eulalia patrona de la ciudad. Los restos de la Santa se conservan en la Cripta bajo el Altar.
Edificada sobre lo que primero fue una Basílica Paleocristiana, después Iglesia Visigoda y  más tarde Románica, su estilo arquitectónico es gótico y neo-gótico y su construcción se llevó a efecto entre los años 1298 a 1420, siendo posterior la hermosa fachada que vemos actualmente la cual data del Siglo XIX y principios del Siglo XX. 


En 1882, seis años antes de la Exposición Universal de Barcelona y con motivo de esta, se convocó un concurso para remozar la fachada que llevaba 400 años en su estado primitivo. Las obras fueron adjudicadas  al Arquitecto Josep Oriol Mestres  quien diseño y dirigió los trabajos de fachada y las  torres laterales de 53 metros de altura.



El Cimborrio, en el centro, es posterior al remozamiento de la fachada y el encargado de su construcción fue el Arquitecto Augusto Font Carreras entre 1906 y 1913. Tiene una altura de 70 metros a los que hay que añadir los diez metros de la imagen de Santa Elena, quien lo corona. La Santa, fue madre del Emperador Constantino y a Ella se le atribuye el hallazgo de la verdadera Cruz en la que murió Jesucristo.
Hechos estos apuntes pasamos al interior cuya distribución es de tres naves, una central que dobla en dimensión a las naves laterales por las cuales se distribuyen hasta 29 capillas. 


En la parte alta, los gruesos muros están rematados por grandes vitriales, cosa usual en las Iglesias Góticas para captar la luz del exterior. Pero es mejor que en lugar de extenderme mucho en mis apuntes recorráis el Templo viendo mis fotografías:




Destacar, al iniciar este paseo, el Altar Mayor y la Cruz que sostienen los  ángeles, dispuestos a coronar a Jesús Crucificado. Debajo la Cripta con la tumba de Santa Eulalia:



Viendo lo que se supone  es la tumba donde reposan los restos de Santa Eulalia, me viene a la mente el viaje que realizamos el año pasado a Extremadura donde visitamos Mérida. En esa ciudad también la Patrona es una Santa del mismo nombre y las leyendas sobre ambas son parecidas. La edad de ambas a la hora de su nacimiento y muerte difiere en un año y los hechos por los que se las martirizó coinciden bastante variando algo los datos de su martirio. 
Por lo que he podido leer, la primera versión documentada se refiere a Santa Eulalia de Mérida apareciendo la versión barcelonesa casi dos siglos después. Eso da pie a que algunos argumenten  que en en Barcelona se adoptó a la misma Santa cambiando escenarios y procesos del martirio. 
Sea como fuere la Fe es la que cada uno tenga y yo me limito a disfrutar de las cosas sin entrar en controversia con nadie.


El Órgano es una de las joyas de la Catedral, se conserva el original construido entre 1537 y 1539. Éste fue restaurado entre los años 1985 y 1994 y desde entonces  se celebran conciertos mensuales que atraen a un buen numero de aficionados a la música. Y hablando de música echemos una ojeada al coro:






Y ahora sigamos recorriendo este magnífico templo viendo algunas de las capillas de las naves laterales:










Como sucede en otras iglesias, aquí también encontramos tumbas de gentes de la sociedad que eligieron este lugar  para su sueño eterno. Casi todos ellos pertenecían a los diversos gremios de artesanos que ayudaron a sufragar las obras de La Catedral. En las lápidas se pueden  leer  los nombres y oficios a los que se dedicaban de quien allí yace.





A los restos de  los artesanos  que aquí reposan les acompañan   los de algunos Reyes y Reinas de Cataluña y Aragón como podéis apreciar en las fotografías.

La Capilla del Santo Cristo de Lepanto fue construida en  el año 1407  por Arnau Bargués  siendo  La Sala Capitular hasta que en 1676, con la canonización de San Olegario, Obispo de Barcelona,  pasó a convertirse  en el Mausoleo de éste último.


La figura de este Cristo, al que acompaña La Virgen de los Dolores, se sitúa sobre el sarcófago del Obispo y son varias son las leyendas que se atribuyen a esta Imagen:
Parece ser que la misma procede de una iglesia de Madrid que sufrió un incendio (hay quien atribuye a eso su color oscuro) y fue regalada por el Rey Felipe II a su hermano bastardo Juan de Austria. Éste último, que mandaba la escuadra cristiana que luchó contra los turcos en Lepanto,  llevó con Él en la nave capitana  al Cristo y de ese viaje surge otra leyenda. Se cuenta que la figura clavada en la cruz está ligeramente ladeada porque  el Cristo, viendo llegar hacía Él una bala turca, movió su torso para evitarla, quedando en esa posición ya para siempre.



Ciertas o no, estas historias, El Cristo de Lepanto es una de las imagenes más veneradas de La Catedral.

Llegó el momento de subir a las alturas. En este caso la ascensión será más llevadera pues hay un ascensor con el que accederemos al techo de La Catedral. Sobre las tejas se han instalado unas pasarelas que permiten el transito de visitantes de forma segura.
En la siguiente fotografía podemos ver la torre del Campanario en la que "prestan servicio" dos campanas llamadas Eulalia y Honorata. La primera fue apadrinada en su bautizo por el Rey Alfonso XII y la segunda sustituye a otra del mismo nombre que Felipe V mandó destruir. Se ordenó que la fundieran por su protagonismo en la Guerra de Sucesión; su pecado, que  con su tañido avisase a los barceloneses de los asaltos a la ciudad por parte de las tropas borbónicas.

Desde estas pasarelas se pueden apreciar con detalle las torres y unas vistas similares a las que teníamos por la mañana en la Iglesia de Santa María del Pi de la que ahora solo vemos su campanario coronado por la Senyera.





La imagen de Santa Elena, en el Cimborrio, parece que quiere tocar un cielo que, algo más nítido que hace unas horas, sigue nuboso y enturbiado por la polución. En este lugar presencia destacada de La Cruz y en el horizonte sobresaliendo del resto de edificios, los rascacielos y torres de otras iglesias y palacios, con la estatua del Almirante Colón entre ellas.





Casi imperceptibles, muy difuminadas a la derecha, aparecen en la fotografía las Torres de La Sagrada Familia que con esta toma no dan idea de su belleza y tamaño.




La siguiente fotografía corresponde al Claustro de La Catedral el cual visitaremos a continuación.



El Claustro es como la misma Catedral de estilo gótico. Empezó a construirse en el Siglo XIV por el Arquitecto Bernát Roca y continuaron las obras los Arquitectos Bartolomé Gual y Andrés Escudé. Es de planta cuadrangular con cuatro galerías que se asoman al jardín central. En una de las esquinas de este jardín, hay una fuente con templete sobre cuyo surtidor se ha colocado una escultura de Sant Jordi.



Correteando ¿o podríamos decir, anadeando? entre las fuentes vemos a las trece ocas que viven en la Catedral y que nos recuerdan los trece martirios a que fue sometida Santa Eulalia. Evidentemente en la fotografía no salen todas pero me resultó imposible que me hiciesen caso y posasen para la misma.


Destacar en este Claustro la Capilla que mandó construir la Familia Sanllehy, en ella hay un  grupo escultórico dedicado al Entierro de  Cristo, su autor el escultor Josep Llimona.

Otra Capilla importante por la veneración que existe en Barcelona hacia la misma es la de Santa Llúcia. Procede de la Iglesia románica del Siglo XIII situada en este mismo lugar que fue adosada al Claustro.


En una de las paredes podemos ver un pequeño mausoleo con los restos del canónigo Francesc de Santa Coloma cuyo féretro corona un Calvario realizado en piedra con un fondo de cristal azul.




Otras Capillas están dedicadas a los Gremios de Artesanos de Barcelona recordando su contribución a las obras de La Catedral.



La mayor parte de las galerías están ocupadas por material de obra y andamios  que entiendo necesarios para el mantenimiento  pero que aportan poco a las fotografías de este Claustro por lo cual me limito a hacer las justas. Habrá ocasión, pienso, de volver cuando las obras terminen.




Terminada esta visita nos dirigimos hasta la cercana Plaça del Rei donde se encuentra el Palacio Real y adosada al mismo, a la de derecha de la escalinata, la Capilla de Santa Ágata.




El Palacio Real, fue utilizado como residencia, primero de los Condes de Barcelona y posteriormente de los Reyes de la Corona de Aragón. Una de sus dependencia, el Saló del Tinell, a la izquierda de la entrada principal, era el lugar destinado a las audiencias y allí recibieron los Reyes católicos a Colón después de su vuelta tras el Descubrimiento de América. No debemos confundir esa audiencia pública con el primer encuentro privado entre los Reyes y el Almirante el cual había tenido lugar, en fechas anteriores, en el Monasterio de San Jerónimo de la Murtra en Badalona.
El Saló del Tinell sería posteriormente Sede de la Inquisición e Iglesia gestionada por las Monjas Clarisas. Actualmente, junto a la parte principal del Palacio Real y la Capilla de Santa Ágata constituyen las dependencias del Museo de Historia de Cataluña.

En el ala izquierda del Palacio Real se ubica el Archivo de la Corona de Aragón. Lo primero que encontramos al entrar es un gran patio y una escalera que accede al piso superior. Coronando este espacio un bello artesonado que vale la pena admirar con detalle. 







Salimos del Archivo de la Corona de Aragón y deambulamos unos momentos por las calles adyacentes contemplando  esos edificios que,  sin tantos turistas alrededor, podrían hacernos sentir que hemos viajado a otra época.








El Museo Frederic Marés  tiene su sede en unas estancias del Palacio Real,  se accede al mismo por un hermoso patio que tiene  una fuente central con naranjos a su alrededor.




Frederic Marés Deulovol fue un escultor nacido en a localidad gerundense de Portbou en 1893. Su amor por el Arte, en especial por la Escultura, le llevó además de practicarla  a   convertirse también  en un ávido coleccionista. Murió con 98 años en la ciudad de Barcelona a la que cedió la mayor parte de su colección que hoy se exhibe en este Museo. 
Su legado era tan amplio que sobrepasaba la capacidad de estas instalaciones y distribuyó el resto por diversas poblaciones de Cataluña; Sabadell, Montblanc y Arenys de Mar son algunas de ellas. También se pueden ver obras procedentes de esta colección en el Museo de las bellas Artes de San Fernando, en Madrid.
No teníamos prevista la visita a este museo pues si uno quiere verlo con detalle son necesarias varias horas para ello. No disponemos de ese tiempo antes de que cierren pero en la recepción, una amable empleada, nos dice que hoy la visita es gratuita, que entremos y veamos lo que podamos.


En las diversas plantas se exponen obras recogidas a lo largo de la geografía española,  desde  prerrománticas hasta otras del Siglo XIX.  Tallas policromadas, Cristos en sus respectivas cruces, Restos arqueólogicos, Esculturas de todo tipo, incluyendo las propias del artista que se exhiben con su biblioteca y mobiliario personal y los más diversos objetos de coleccionista, nos dan una idea de la curiosidad por ver y saber con la que vivió Frederic Marés. 
Esta  es solo una pequeña muestra fotográfica de todo lo expuesto en las distintas salas del Museo:



















































 El cansancio hace mella y apetece descansar un momento antes de retomar el camino. Los bancos bajo los porches invitan a ello.



Salimos del Museo Frederic Marés viendo una de las torres de la Catedral que se eleva por encima de los muros .



Hemos pensado coger el tren para Reus en la Estación de Francia, no está demasiado lejos y eso nos evitará la aglomeración de viajeros que siempre hay en Barcelona Sants o Paseo de  Gracia, sobre todo si, como hoy, es viernes.
Nos dirigimos a la Vía Layetana donde se encuentra la escultura de otro personaje ilustre, Ramón Berenguer III, Conde de Barcelona, que unificó en su persona el resto de Condados que conformaban la Cataluña Medieval.  Aparece montado en su caballo y la posición de la pata derecha del equino, levantada,  me hace pensar que murió como consecuencia de heridas recibidas en combate. En sus últimas voluntades legó su caballo y armas a la Orden del Temple a la cual pertenecía.




Continuamos nuestro camino hacia la Estación de Francia atravesando el Barrio de la Ribera, enclave situado entre  Vía Layetana y  Arco del Triunfo. Es otro barrio lleno de historia por el que también he transitado a menudo pero, me sucede lo mismo que con el Barrio Gótico, sin detenerme en muchos detalles ni conocer en profundidad las bellezas que encierra. Citar que entre sus calles se encuentra el Museo Picaso además de otros Palacios que es conveniente visitar. No lo haremos hoy pero si nos detendremos brevemente en dos de sus mayores atractivos los cuales si conozco, la Iglesia de Santa María del Mar y El Fosar de les Moreres.


Mientras mis acompañantes recorren la Iglesia, me siento en uno de los bancos  para descansar mis rodillas y mi maltrecha espalda a las que castigo mucho con estas excursiones (sarna con gusto no pica, dicen). Sea como sea no renuncio a ellas en tanto el gozo sea superior al sufrimiento.
A Santa María del Mar la  podemos denominar La Catedral del Pueblo ya que fue sufragada y participaron en su construcción la mayoría de los habitantes del barrio. La colocación de la primera piedra se atribuye a Alfonso el Benigno en 1329, extendiéndose  las obras  hasta 1383. El Arquitecto Berenguer de Montagut fue el encargado de dirigir los primeros trabajos que  continuarían hasta su finalización, Ramón Despuig y Martinez de Marcilla. Es de estilo Gótico con tres naves, la central y dos laterales con capillas adosadas.







El Altar Mayor lo preside, posada en un pedestal,  la Imagen de la Virgen María con el Niño en brazos. Por debajo de  Ella, adosada al pilar que la sostiene, una embarcación recuerda su advocación marinera.


El Rosetón tuvo que ser reconstruido tras el terremoto de 1428 que causó  el derrumbe del mismo. La caída de las piedras sobre un grupo de personas originó varios muertos y heridos.


Salimos de Santa María del Mar por la puerta lateral que da acceso al Fosar de les Moreres, otro lugar emblemático en la historia de Barcelona.
Esta Plaza poblada de Moreras en otro tiempo, de ahí su nombre, fue en origen un cementerio anexo a Santa María del Mar. 
Cuentan, en su Historia de Barcelona, Alicia Sánchez y María Pomés que el Párroco pidió al acaudalado Bernat Marcús, propietario del mismo, la cesión del terreno para construir un campo santo. Bernat aceptó poniendo como condición que en los quince días siguientes se tenía que haber enterrado algún fallecido para justificar su necesidad. El día en que terminaba el plazo, sin que hubiese habido ningún enterramiento, Bernat Marcús se dirigió a ver al Párroco para cancelar el acuerdo pero justo al llegar a  ese terreno sufrió un infarto y murió.  El curioso suceso tuvo la consecuencia de otorgar a Bernat el trágico honor de inaugurar aquel cementerio siendo su primer inquilino.
Pocas personas recuerdan o conocen esa anécdota y el Fosar de les Moreres es conocido, en la mayoría de los casos, por estar enterradas en ese lugar las víctimas  ocasionadas en el  asedio a Barcelona por parte de las tropas del Borbón, Felipe V.


Estamos ya en la Estación de Francia para tomar nuestro tren con destino a Reus. Ha sido un día intenso que habrá que repetir para seguir disfrutando de esta hermosa y fantástica ciudad que es Barcelona.


Una curiosidad es que, tanto mi buen amigo Elicier Domingo como Yo, hemos tenido esta estación durante unos años como nuestro centro de trabajo. Volver a ella, cosa que sucede a menudo, siempre nos trae algún recuerdo.


Matías Ortega Carmona.


Junio de 2018