VIDEO
PASEANDO POR MATARÓ
Mataró, la ciudad que
me vio nacer, en la cual pasé gran parte de mi vida. Multitud de vivencias que
siempre recuerdo con cariño, de la niñez, infancia, adolescencia, pubertad.
Donde me casé y nacieron mis hijos, donde vivimos hasta que la vida nos llevó
por otros derroteros.
Esa estación de
Ferrocarril desde la que tantos viajes inicié, esa Fuente del Iº de Mayo, lugar
de juegos con mis amigos. La Capilla del Cementerio Municipal en la que tantas
misas ayudé como Monaguillo hasta que me fue abandonando esa Fe que predica
parte de la Iglesia por lo poco comprensible de la misma. Esas playas en las
que aprendí a nadar, solo lo suficiente para mantenerme a flote. La Sala
Cabañes, anexa a la cual está el Colegio en el que me formé como estudiante,
frente a la que se ubicaba la Cárcel, quizás para recordarnos la conveniencia
de ser personas de bien y esforzarnos en los estudios para no acabar en ella.
La Riera, arteria
principal de la población y lugar de paseo en las tardes de domingo a la salida
del Cine o el Baile. El Ayuntamiento, centro de la actividad administrativa y
Hogar de Gigantes y Cabezudos que amenizan las Fiestas de las Santas.
La Basílica de Santa
María el templo religioso más importante de Mataró y Comarca, allí hice mi
Primera Comunión y también actué como Monaguillo en una única ocasión. En la
Plaza que hay frente a la Iglesia los Castellers montan sus Torres Humanas que
simbolizan la unión, el esfuerzo de un pueblo para juntos lograr un objetivo
común.
El Parque Municipal, con
sus jardines y el Negrito en la fuente que recuerda leyendas de ultramar, también con su
Velódromo donde tantas tardes de domingo y verbenas pasé bailando, cuando las
chicas querían, o escuchando a los mejores artistas del momento. Desde hace
muchos años cerrado, en ese recinto deportivo se forjaron las relaciones
afectivas de miles de matrimonios mataroneses.
Recuerdos y más
recuerdos en esas calles, en esas plazas que antaño recorrió ese viejo tranvía
con cuya imagen cierro mi video.