MADRE MÍA
No me gustan demasiado
los días dedicados a esto o a lo otro, sobre todo cuando más por cuestión de márquetin
que de otra cosa tratamos de homenajear algo tan importante como la figura de
una Madre, para mí el eje primordial alrededor del que se mueve la vida de la
Familia. Una Madre, una mujer, pues solo ellas tienen ese privilegio, merece el
reconocimiento diario.
Las religiones están
hechas y pensadas por Hombres y para los Hombres, sobre todo la católica que
reserva el papel principal a su figura. Así Dios es Hombre, su hijo es Hombre y
el Espíritu Santo una Paloma, solo se reserva a la Mujer la función de ser
fecundada por este último y se le regala una vida llena de Entrega y Sacrificio,
donde no cabe la queja ni el protagonismo.
Con esas premisas, la
principal oración de esta Iglesia se dedica al Dios Hombre y Padre. Me rebelo
contra eso y hoy quiero compartir con todas las mujeres, no el Padre Nuestro
sino la Madre Mía.
Feliz día y mi
reconocimiento a todas las Madres y a esas Mujeres que algún día pueden serlo.
Madre Mía
Madre mía que estás siempre conmigo
venerado sea siempre tu nombre
Estés con nosotros o en tu Cielo
Cúmplanse tus deseos
Para ti y los tuyos.
Danos hoy tu abrazo de cada día
Perdonamos cuando te ofendemos,
así como nosotros nos arrepentimos.
Juntos o en el recuerdo,
piensa que te queremos.
Vela por nosotros,
siempre agradecidos
Porque para una Madre
Solo puede haber cariño
Nunca, nunca, olvido.
Matías Ortega Carmona
03/05/2020