sábado, 15 de junio de 2019

VIAJANDO POR EL ANTIGUO REINO DE MURCIA- 2ª ETAPA MURCIA




VIAJANDO POR EL ANTIGUO REINO DE MURCIA

2ª ETAPA - MURCIA





Como sucedió a nuestra llegada, sigue suprimida la circulación de trenes por los trabajos en la vía. Toca volver a viajar en autobús desde la Estación de Cartagena de la que partimos a las 8,20 de la mañana cumpliendo el horario asignado al tren.
El recorrido es el mismo que hicimos el lunes por la noche pero  al viajar  de día se hace más entretenido. Los campos de lechugas y otras hortalizas están en su mayoría cubiertos de plásticos para protegerlas, de los conejos dice alguien. Lo cierto es que a la distancia uno puede confundirse y pensar que son inmensas balsas de agua, ese agua que tanto escasea en estas latitudes y que de abundar convertiría esta huerta murciana en un vergel.
En Balsicas, al pasar por una plaza,  vemos un grupo de emigrantes y uno de los pasajeros que ha subido en Torrepacheco comenta que están esperando las furgonetas que los llevan a los campos a trabajar. Añade que les pagan 25 euros por una jornada completa de trabajo sin horario definido. Salarios de miseria que no cotizan en ningún sitio.


La Estación de Murcia del Carmen está en obras y su aspecto, siendo  el edificio principal  el mismo, se aleja más y más, cada vez que vuelvo, de los bucólicos recuerdos de mi infancia y adolescencia. 
En un extremo de lo que antes llamábamos el patio de carruajes, donde cogíamos las tartanas para ir a la Estación de Murcia Zaraiche, han colocado una aguada (el depósito del cual se surtían de agua las maquinas de vapor) pintarrajeada de vivos colores que a mi particularmente no me gusta. Se me puede tachar de purista o antiguo, pero pienso que las cosas se pueden conservar tal como eran y así explican mejor la función que desempeñaban ¿alguién puede imaginar una de aquellas grandes maquinas de vapor, una Mikado por ejemplo, con esos colores? Seguro que sí pero a mi me daría mucha grima verla.

Las próximas cuatro noches dormiremos en  la Pensión Segura, que está en la Plaza Camachos, muy cerca de los Jardines de Floridablanca, a medio camino de la estación de tren y  de la Zona Monumental. Es un establecimiento familiar con larga tradición en Murcia, nada lujoso pero donde la atención y el buen trato está garantizado. Esta será nuestra base desde la que nos desplazaremos un día a Lorca y otro a Águilas.



Frente a la Pensión Segura,  vemos una figura que yo confundo con un nazareno de los que salen en las procesiones. Una placa colocada en el pedestal me saca de mi error ya que se trata del Monumento al Sardinero, personaje popular en los festejos de Cuaresma, más concretamente en el Entierro de la Sardina.

Los planes no siempre salen según lo previsto. Nuestra intención era la de iniciar nuestro periplo  turístico, en la capital murciana,  con la visita al Santuario de la Fuensanta. Cuando vamos a subir al autobús que debía llevarnos  hasta allí el chofer nos informa de que nos dejará a unos dos kilómetros de la Basílica, pues hasta ella solamente llegan  el fin de semana. Como vulgarmente se suele decir, nuestro gozo en un pozo.
En cualquier contratiempo hay que buscar la parte positiva. A la Patrona de Murcia la han bajado hasta la Catedral para los festejos de Cuaresma y no volverá a su Iglesia hasta acabadas las  Fiestas de la Primavera. Se cumple así el refrán que dice "Si nosotros no vamos a la Virgen, la Virgen viene a nosotros" ¿O no era así? Bueno, que más da, en esta ocasión no veremos El Santuario pero sí a la Virgen de la Fuensanta.


La imagen de la Virgen de la Fuensanta, a la que también llaman "La Morenica" por su tono tostado, puede datar del Siglo XV, pues  desde aquellas fechas se tiene constancia de una ermita en el Monte del Hondoyuelo  en el que se apareció la Virgen. 
Cuenta la leyenda que la Virgen María hizo brotar un manantial de "agua santa" que dio nombre a su advocación. Este manantial sigue regando el lugar a día de hoy.
La Virgen de la Fuensanta es Patrona de la Ciudad de Murcia desde mediados del Siglo XVIII, cuando el Obispo, enfrentado a los  Frailes Agustinos, tomó esa decisión  en detrimento de la Virgen Santa María de la Arrixaca a la que apoyaban estos últimos. La  Virgen de La Arrixaca había sido  la Patrona de la Ciudad y del Reino de Murcia desde tiempos de Alfonso X.



El Jardín de  Floridablanca debe su nombre a D. José Moñino y Redondo, murciano ilustre y Conde de Floridablanca por  gracia de Carlos III, quien  también le nombró  Secretario de Estado dejando dispuesto que siguiese en este cargo cuando su hijo Carlos IV le sucediese en el trono. José Moñino había estudiado Derecho en Murcia y Orihuela, doctorándose posteriormente en Salamanca.
Monárquico convencido, defendió los derechos de la Corona sobre la Iglesia, Sus enfrentamientos con los jesuitas acabaron con la expulsión de estos de España. 
Opuesto a la Invasión Napoleónica, fue nombrado Presidente de la Junta Central Suprema que encabezaba la lucha contra los franceses. Esto le obligó a trasladarse a Sevilla donde murió el 26 de diciembre de 1808. Murcia le recuerda con una gran estatua colocada en 1849 en este  parque, el más antiguo de la ciudad.
Antes de dirigirnos a la Catedral damos un paseo por este recinto arbolado. En él los majestuosos Ficus de origen australiano son predominantes junto a  otras especies como palmeras, plátanos o pinos canarios.













Otros murcianos que destacaron por su labor literaria son los poetas José Selgas Carrasco y Pedro Jara Carrillo que también tienen en este parque sendos monumentos que les recuerdan





En la siguiente fotografía aparece una escultura hecha con restos de árboles de la cual, a pesar de haber indagado, sigo ignorando el significado pero como  me resulta curiosa ahí queda.


Desde el Jardín de Floridablanca, la figura en bronce de un nazareno mira a la Iglesia del Carmen. Esta Iglesia, que da nombre al barrio en que se encuentra, es la sede de la Cofradía de "Los Coloráos" a la que se homenajea en este monumento.


El Río Segura atraviesa la ciudad de Murcia y riega con sus escasas aguas a esa vega que lo mira ávida de sed. Como sucede con los ríos de las cuencas mediterráneas, habitualmente su caudal es escaso. Eso no es óbice para  que en alguna ocasión las lluvias torrenciales, caídas en poco tiempo, hagan que su cauce se desborde causando inundaciones. Aquí se hace cierto el refrán de que  nunca llueve a gusto de todos.



El paseo que hay en las margenes del cauce del Río Segura está siendo acondicionado para la Fiesta de la Primavera, desde el lecho del río una Monumental Sardina es testigo de ello. Su cabeza está fuera del agua, quizás pidiendo socorro, lo cual no es nada extraño viendo el turbio aspecto que ésta presenta. Pienso que la regeneración de este río es una asignatura pendiente para los gobiernos de la Autonomía y Ayuntamiento murcianos.



La alta Torre de la Catedral es visible desde muchos lugares de la ciudad y sirve de guía para que no nos despistemos en nuestro camino hacia ella.







La Catedral de Murcia, bajo la advocación de Santa María, pertenece curiosamente a la Diócesis de Cartagena. La tradicional rivalidad entre las dos grandes ciudades de la Región hace que ambas compartan estamentos oficiales como lo  prueba que  La Asamblea o Parlamento Autonómico tenga  su Sede en la Ciudad Cantonal. Es una forma de contentar a todos que sin embargo no evita que cada una de las poblaciones y sus gentes sigan mirándose de reojo y manteniendo viva la competencia entre ambas.
Este Templo, es una mezcla de varios estilos, gótico, renacentista, plateresco  y barroco. Su construcción inicial se llevó a cabo entre los años  1394 y 1465.  Serían necesarios algo más de tres siglos para darle su aspecto actual ya que las obras, hechas en diversas etapas, se prolongarían hasta  el Siglo XVIII.
No voy a extenderme demasiado comentando datos técnicos de la cantidad de detalles que conforman el exterior de la Catedral de Murcia. Solamente algunos datos que sirvan de complemento para identificar lo que aparece en mis fotografías. 
En un recorrido por su perímetro veremos    puertas que dan acceso al interior como la de los Apóstoles, en el lado sur, o la plateresca Puerta de las Cadenas, en el norte, en la Plaza de la Cruz.





Seguimos recorriéndola y recreándonos con las incontables  figuras y motivos que adornan la parte externa de esta Basílica.





  
El Imafonte o fachada principal se construyó entre los años 1737 y 1754 para sustituir a la original. Esta acusaba falta de firmeza en su estructura, debido a los continuos seísmos y riadas que afectaban a la región en aquellos tiempos. Ante el temor de que pudiese  caer por si sola  se iniciaron los trabajos para su demolición en 1732. 
La belleza de esta obra es única. Concebida como un gran retablo barroco de piedra, está dedicada integramente a la Virgen María cuya figura, en su Asunción, aparece bajo la bóveda que corona el conjunto. Acompañándola, repartidas por toda la fachada, aparecen imagenes de Santos y Mártires de la Diócesis de Cartagena. Es difícil por ser un lugar muy concurrido, pero contemplar este monumento desde la Plaza Cardenal Belluga con quietud y silencio es una experiencia inenarrable.



No se debería obviar en la visita a La Catedral la subida a su Torre que con 98 metros, si contamos la veleta, es la segunda más alta entre las catedrales españolas. La supera La  Giralda de Sevilla con 104 metros, incluido el Giraldillo.  
Como en su homónima sevillana, a excepción del último tramo que da  acceso al campanario, esta torre está dotada de rampas en lugar de escaleras, por lo que  la subida se hace más descansada y asequible para personas que no tengan dificultades graves para caminar.





La Torre consta de cinco cuerpos y pasaron 272 años desde que se empezó a levantar hasta su conclusión. En un descanso que hacemos en las distintas plantas, nuestra Guía, nos va explicando pormenores, anécdotas y a que se dedicaba cada espacio.



En el primer  cuerpo está la Sacristía Mayor y en el segundo el Archivo Catedralicio, no estando estos  espacios accesibles a las visitas.
El tercer cuerpo lo ocupaba la Sala del Reloj y en el mismo podemos ver una maquinaria ahora en desuso.



En el cuarto cuerpo observamos que hay un templete o conjuratorio en cada esquina. Están dedicados a los Santos Fulgencio, Leandro, Isidoro y Florentina. Desde ellos se hacían los conjuros para  las tormentas utilizando  las Reliquias del Lignus Crucis que se conservan en La Catedral. 





Desde esta cuarta planta podemos ver gran parte de Murcia y los techos de todo el templo con la  cúpula del Cimborrio y alguna otra cubierta de tejas de colores. Sin duda es un excelente mirador sobre la ciudad.




El quinto cuerpo lo ocupan las campanas; hasta veinte de ellas, cada una con su nombre y de distintos tamaños, están distribuidas en ese espacio. La antigüedad de estas campanas va del siglo XVIII al XIX. 
A Domingo y a mi nos llama la atención una de ellas  llamada La Nueva Mora pues nos recuerda a la población tarraconense de Mora la Nova, vecina de Mora de Ebro fundada con anterioridad. Nuestra Guía nos explica que en el caso de las campanas sucede algo similar, esta campana sustituyó en su día  a otra más antigua, de nombre La Mora, fabricada en el Siglo XIV,  que está depositada en el Museo Catedralicio. 


La Campana de Santa Águeda es la de mayor tamaño de todas las que ocupan este campanario. Su antiguedad es de 1790 y se fabricó con el material de fundición procedente de otra campana anterior llamada La Trinidad.




Mientras oteo el paisaje, desde el campanario, recibo una llamada de  teléfono. Es una de mis primas por rama materna, Isabel, que vive en Murcia y nos invita a hacerle una visita.  Me anoto su dirección y quedamos para después de comer. La verdad es que me hace ilusión porque, aunque mantenemos contacto telefónico o por redes, hace muchos años que no nos vemos personalmente.



Ya hemos visto La Catedral por  el exterior y también desde las alturas, ahora toca visitar el interior y su Museo.
El Templo fue proyectado como una planta de cruz latina con tres naves, una central y dos laterales. En éstas se sitúan 23 capillas dedicadas a los santos patronos de los gremios que participaron en su construcción, también a obispos y  nobles que aportaron los recursos económicos necesarios. Como suele ser habitual algunos de ellos están enterrados en este lugar.
Una de estas capillas destaca sobre las demás por su riqueza y belleza arquitectónica, la de los Vélez.










La Capilla de los Vélez tiene planta poligonal coronada por una cúpula estrellada de diez puntas y está dedicada a San Lucas. Fue construida como lugar de enterramiento del Adelantado Mayor del Reino Murcia, D. Juan Chacón. Los trabajos se iniciaron en 1490 finalizándose en 1507 siendo Adelantado D. Pedro Fajardo, primer  Marques de los Vélez, de ahí que se la conozca popularmente por ese nombre. 
Otras capillas interesantes son las de San Antonio de 1388, que es la más antigua, en la que está enterrado el Obispo Fernando de Pedrosa fallecido en 1402.

  
En el Trascoro encontramos la Capilla de la Inmaculada, sobre la cual sobresale el Órgano. Su antiguedad es del año 1625. 



La Capilla Mayor, que estos días preside la imagen de la Virgen de la Fuensanta, tiene el rango de Capilla Real. En un lateral de la misma, a la izquierda dentro de una urna, están depositados  el corazón y las entrañas de Alfonso X. El emperador Carlos V prohibió que a nadie más, fuera cual fuese su rango, se le enterrase en ese espacio. También ordenó construir el enrejado que lo protege dando instrucciones para que en el mismo figurase el escudo de armas del monarca castellano.





Las siguientes fotografías muestran algunos detalles más de nuestro paseo por el interior de La Catedral.







Curiosa Pila de Agua Bendita con forma de caracola sostenida por una figura que, imagino yo, hace suyos los ruegos de quien sumerge sus dedos en ella. Seguramente tiene otro significado pero a mi ya me vale éste.



De lo más alto al subsuelo. En  un pasillo de suelo acristalado, que lleva a la entrada del Museo Catedralicio, vemos restos de  construcciones de origen musulmán, sobre las que se asienta la edificación actual.


El Museo ocupa dependencias situadas en la misma Catedral. Su creación es relativamente reciente pues fue inaugurado en el año 1956 a instancias del Obispo Miguel de los Santos que fue quien lo creó. 
En las distintas salas, podemos ver una buena muestra de obras de arte que comprenden joyas, pinturas, esculturas  y objetos y ropajes empleados en los oficios religiosos entre otras.


Esta Custodia es la gran protagonista de la Procesión del Corpus.  Fabricada en plata mayormente y también oro por el orfebre toledano Antonio Peréz de Montalto,  vino sustituir a otra anterior muy deteriorada por las grandes riadas  ocurridas en la ciudad en 1651.  Su antiguedad es de 1677, aunque no llegó a Murcia hasta el año siguiente, 1678. 
Consta de tres pisos, contando en cada una de las esquinas de su base con  los cuatro evangelistas, San Mateo, San Lucas, San Marcos y San Juan. En la parte superior, al igual que sucede en la Torre de la Catedral con los templetes conjuratorios, aparecen los Santos Fulgencio, Isidoro, Leandro y Florentina. En el centro, doce columnas salomónicas sirven de apoyo a cuatro arcos de medio punto en medio de los cuales se sitúa el Cáliz de Oro que da cobijo a la Ostia Consagrada.



Otras joyas y piezas de orfebrería que se encuentran en este Museo Catedralicio.









Campana La Mora, de la cual hablaba en los comentarios de la visita a la Torre de la Catedral. Retirada al ser detectada una grieta  estuvo depositada, en principio, sobre un pequeño trípode casi a nivel del suelo, en ella se podía ver la Estrella de David y una leyenda en latín que traducida viene a decir lo siguiente "He aquí el signo. Huid enemigos.Vence el león de la tribu de Judá"



 Nota: Foto obtenida de la página de Murcia Turismo.

Emplazamiento actual de la Mora, como puede observarse se ve la cara opuesta a la de la foto anterior, en la que hay grabada una Cruz.





Son varios los retablos  de distinta antiguedad y autores  que podemos ver, entre ellos los de Bernabé de Módena, Siglo XIV, o de Puxmarín, Siglo XV. 









Entre las esculturas de crucifijos, bustos de santos y vírgenes hay obras de autores tan reconocidos en el tema de la imaginería religiosa como Francisco Salcillo.

















Dos esculturas del murciano Francisco Salcillo, arriba San Jerónimo y abajo la Virgen de la Leche.





En cuanto a las pinturas podemos admirar obras de un gran pintor renacentista, discípulo de Leonardo Da Vinci, como Hernando de los Llanos.

















Una de las piezas más antiguas de este Museo es el sarcófago  del Siglo III que el murciano Gil Rodriguez de Junterón se trajo de Roma para ser enterrado en él. Hecho de mármol blanco tiene talladas en su exterior las nueve musas de la mitología romana.




Ha llegado la hora de comer y con tanto subir, bajar y caminar por la Catedral y el Museo hemos hecho apetito. Llevo anotados los datos de un Restaurante llamado La Gavacha que se encuentra en la calle del mismo nombre. Se  accede a ella  desde la Plaza de Santa Catalina, contigua a La Plaza de Las Flores en la cual también abundan los locales de restauración.
He de decir que hemos acertado plenamente al guiarnos por los comentarios que La Gavacha tiene en Internet. Comida y servicio de 10 como lo demuestra que en unos minutos el local se ha llenado por completo. No habíamos reservado y uno de los camareros que nos atiende nos da una tarjeta para que, si pensamos volver, llamemos antes. Los fines de semana y otras fechas festivas, como podremos comprobar, es imposible tener mesa si no se ha reservado previamente.
Un detalle curioso de este restaurante es su café de pote, algo habitual en Galicia pero que por aquí no había tomado nunca, en La Gavacha lo sirven anisado y nos gusta.

La sobremesa la hacemos en casa de mi prima Isabel, nos tiene preparada una tarta y una botella de cava fresquito:
 -"Yo sé que a los catalanes os gusta mucho el cava, me dice"- 
Tiene razón, pero no hay que olvidar que nuestras raíces son las mismas y por eso, como  ella, también disfruto con un buen plato de "michirones" acompañado de vino en porrón y una ensalada.


Michirones sujetos a derecho de autor, cocinados como el mismo reportaje por mi.


Dejando a un lado los temas culinarios, lo mejor de este encuentro fue darnos un abrazo después de tanto tiempo y revivir las estampas familiares de nuestra niñez y juventud en Cehegín y en la Media Legua, disfrutando de la compañía y el cariño de  nuestros  queridos abuelos. 
Me cuenta que a sus hermanos, Juani y Paco, las cosas les van bien, ella disfrutando de ser abuela y él enfrascado en innovar día a día en su Restaurante Sol de Cehegín, lugar de culto si uno quiere sentir todo el placer que proporciona una buena mesa y una esmerada atención en el servicio.
Nos despedimos de Isabel y nos dirigimos al hotel. En los jardines aledaños al Río Segura están preparando la decoración y los chiringuitos de la Fiestas de Primavera posteriores a la Semana Santa.








Se ha nublado y empiezan a caer algunas gotas, afortunadamente una vez crucemos el río estamos a dos minutos del hotel. Salvamos el río por el Puente Viejo y mirando a las nubes, cada vez más amenazadoras, elevamos la vista a la Virgen de los Peligros que desde su hornacina vela por los caminantes, así lo da  a entender la frase que podemos leer en el templete "Salus In Periculus" (Salvación de los peligros).
Esta imagen es una réplica de la Virgen de Sopetrán que se venera en Guadalajara. La precedió un lienzo con su figura colocado ante el primitivo puente de madera que había antes de construirse el de piedra. Se colocó, según se cuenta, para que la Virgen protegiese a los que por allí cruzaban con grave riesgo en tiempo de riadas.
Esta es una de las leyendas, muy sintetizada, que sobre la ciudad de Murcia cuenta un gran cronista en estos menesteres, Antonio Botías, al que encontrareis fácilmente a través de Internet. Es interesante seguir a este escritor para conocer Murcia y sus leyendas de las cuales yo tan solo tomo algunos detalles que den vida a mi narración.



Descansamos un poco en la habitación del hotel; a través de los cristales veo como la lluvia cae con generosidad, esto le vendrá bien a la huerta, pienso. Es casi un espejismo y tan rápidamente como llegó, la lluvia desaparece.
Hoy es día de reencuentros familiares, mientras veníamos hacia el hotel me ha llegado un mensaje de otra prima, Paca, esta por parte de mi rama paterna. Le había dicho que estaríamos unos días por Murcia y se ha venido desde Cehegín a casa de sus hijas que viven en la capital. De esta forma podremos vernos y pasar un rato juntos pues también, al igual que sucede con Isabel, han pasado algunos años desde que nos vimos por última vez. 
Con el paso del  tiempo, los mayores nos han ido dejando y el resto de la familia, ya sea por trabajo o por  otras razones, nos hemos  dispersado por la geografía nacional. Aquellas reuniones anuales, cuando nos veíamos todos  en Cehegín, ya no se producen y yo personalmente las hecho de menos, por ello agradezco esos encuentros familiares, aunque sean breves, cuando puedo tenerlos. 
En el hotel no hay conexión a cadenas de Tv de pago y tenemos pensado ir a la calle Trapería a tomar alguna cosa y ver el partido de Champions que el Barça juega en Manchester. Se lo comento  a Paca a quien le parece bien la idea y quedamos en encontrarnos delante del Ayuntamiento.




El Ayuntamiento de Murcia es un Palacio de Estilo Neoclásico situado en la Glorieta de España, construido en 1848  por  Juan José Belmonte y Almela nacido en la ciudad en 1808. En el mismo año en que se edificó la Casa Consitorial, Belmonte sería nombrado Arquitecto Titular siendo el impulsor de la reordenación urbanística de la capital murciana.
Mientras esperamos que lleguen Paca y su hija Maravillas, damos un paseo por los Jardines de la Glorieta, un lugar lleno de encanto, con sus  fuentes, surtidores, distintos tipos de arboles y parterres cuajados de clavelinas y otras flores






A la derecha de la Casa Consistorial se ubica el Palacio Episcopal y delante del mismo podemos ver la escultura que recuerda al Cardenal Belluga.  Este religioso y estadista, nacido en Motríl  (Granada) en 1662 estuvo muy ligado a la historia de Murcia desde que en 1705 Felipe V le nombrase Obispo de la Diócesis de Cartagena y posteriormente Virrey de los Reinos de Valencia y Murcia. Le agradecía con ello, el Monarca,  su apoyo en la  Guerra de Sucesión. 
Belluga tuvo un activo papel en la instauración de la Dinastía de los Borbones. La defendió manteniendo para ella los dominios de  estas tierras frente a las tropas que apoyaban a la Casa de Austria a las que derrotó en la Batalla del Huerto de las Bombas.
En 1719 el Papa Clemente XI le nombró Cardenal teniendo a partir de entonces un papel destacado en las decisiones que se tomaban en Roma. Participó a en los dos conclaves que eligieron Papas a Inocencio XIII y Benedicto XIII y desarrolló una importante labor en el Vaticano. Ésto, unido a  su distanciamiento con la Corona española por sus diferencias en los criterios para articular el territorio, le llevaron a dejar Murcia y fijar su residencia en la ciudad romana donde falleció el 22 de febrero de 1743.




El día acaba bien, hemos tomado un tentempié mientras veíamos en fútbol en un local de la Calle Trapería. Contentos porque el Barça ha ganado aunque, en mi caso, más por haber podido compartir la velada con Paca y Maravillas, recordando viejos tiempos con la madre y haciendo participe a la hija de esas anécdotas que ella por su edad no pudo compartir o no conocía.
Teníamos previsto para mañana, jueves, seguir visitando Murcia pero Paca me dice que el viernes hacen la Procesión de los Dolores que da inicio a los festejos de  Semana Santa. Quedamos con ella para ver juntos la procesión e iremos el jueves a Lorca en lugar del viernes como estaba planeado.


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Murcia, 2º día




Empezamos nuestro 2º día de turismo en Murcia paseando por los jardines junto  al Río Segura. En éstos, en la Plaza de la Cruz Roja, se encuentra la estatua de Abderramán II al que se atribuye la fundación de la ciudad (con el nombre de Madina Mursiya) en el año 825. 
Las tierras murcianas eran un lugar de continuas revueltas entre las diversas fuerzas que operaban en el territorio.  El  Emir de Córdoba decidió crear un asentamiento estable donde con una guarnición de tropas  mantuviese la estabilidad en la zona  afianzando el control del Emirato sobre la misma.



En el Jardín Teniente Flomesta (militar de artillería muerto en cautiverio en El Rif marroquí durante la Guerra de África) podemos contemplar el Monumento dedicado a las Artes. Representados en las cuatro caras del pedestal figuran los nombres de diversos artistas relevantes en cada una de estas facetas: danza, música, escultura y pintura. En la parte superior vemos, recortándose en el cielo como si quisiera volar, la figura de un Ángel con una corona en sus manos. Bella estampa  en un día primaveral.



Antes de adentrarnos en el Casco Antiguo, disfrutamos del buen tiempo dando un breve paseo por estos  jardines cuajados de palmeras y rosales.






Cruzamos la Avenida por un paso de peatones situado frente a un bello edificio llamado Convalecencia. Fue construido en 1915 para desempeñar la función de Hospital y Asilo, para atender a los convalecientes (de ahí viene su nombre) heridos en la guerra de Marruecos y también para recoger y atender a los más desvalidos de la ciudad.
Posteriormente se utilizó este lugar como Centro de Reclutamiento siendo, desde 1987,  Sede del Rectorado de la Universidad de Murcia.


Pasamos por la calle situada entre el Ayuntamiento y el Palacio Episcopal que luce varios blasones en su fachada lateral.



La Arquitectura Modernista ha dejado su huella en Murcia con bellas edificaciones. En las fotografías inferiores podemos ver una muestra de ello. 
Se trata de "La Casa Peña" o de "Los Dragones" que está en la parte izquierda, mirando hacia La Catedral, de la Plaza Cardenal Belluga. 
Esta casa, fue diseñada y construida bajo la dirección del Arquitecto castellonense Joaquín Dicenta Plana para la familia Peña,  dueños de una prospera empresa de fundición.





Seguimos disfrutando de la arquitectura,  ahora con uno de los edificios más interesantes de Murcia, su Casino.  En mi opinión, es una visita obligada cuando se trata de conocer las cosas más bellas que puede ofrecernos esta ciudad.



El Real Casino de Murcia que se encuentra en la Calle Trapería fue construido entre los años 1847 y 1902, siendo declarado Monumento Histórico en 1983, por ello tiene la condición de Bien de Interés Cultural. 
Mezcla  algunos de los estilos artísticos que se empleaban en España en la segunda mitad del Siglo XIX y principios de XX. 
Son varios los arquitectos que dejaron su impronta en esta construcción, información que figura en guías turísticas y otras publicaciones, fácil de conseguir por lo que no me extenderé en ella. Unos someros apuntes, o curiosidades, acompañando a las fotografías me parecen suficientes para que podáis compartir conmigo esta visita
En la fotografía superior y en las siguiente podemos ver el vestíbulo, que recuerda a un Patio Árabe, decorado con lujo y detalle con láminas de Pan de Oro. 
Sobre la franja que hay encima del zócalo, rodeando toda la estancia, hay una inscripción, escrita en árabe, que dice "Nada más grande que Alá"


Una bella cúpula acristalada remata todo el conjunto y permite que la luz del sol penetre iluminando todo el recinto.


  
Saliendo del Patio Árabe accedemos a la Galería Central, en cuyos laterales se sitúan las distintas salas en las cuales discurría, o discurre, la vida lúdica de este centro de ocio y cultura. 



Al fondo de este pasillo podemos admirar  la figura de Ícaro. Lo vemos  con sus alas de madera desplegadas dispuesto a iniciar el vuelo. Esta  escultura y las de las dos siguientes fotografías, junto a otras,  forma parte de la exposición "De Dioses y Hombres" que su autor, el escultor murciano Mariano González Beltrán, presenta en este Casino desde el mes de marzo hasta septiembre.







Por esta puerta,  a la izquierda del pasillo, entramos a La Biblioteca, que fue creada en 1913. Es una sala en que la funcionalidad  y el confort se conjugan de manera armosiosa con el arte.



En este espacio destaca una  galería superior de maderas talladas. Las estanterías están repletas de libros antiguos y se accede mediante una escalera de caracol, situada en una esquina de la planta. La escalera está hecha  hecha de material de fundición al igual que las ménsulas, con forma de flamencos, que sostienen el entramado de madera.





Frente a la Bliblioteca  está el  llamado  "Salón del Congresillo", apodado así  por ser lugar de reunión de personajes influyentes de la burguesía murciana.






Sin ninguna duda, éste me parece un entorno propicio para tomar decisiones importantes. Pienso que seguramente así se haría en muchas ocasiones mientras que, en la sala contigua El Salón de Baile, los más despreocupados danzaban al son de la música.





Este Salón, que data de 1875,  tiene fama de ser el más bello del Casino y no seré yo quien lo discuta pero sin olvidar que no hay rincón en este edificio que no tenga su encanto.


 La decoración de los techos contiene alegorías de la poesía, la música, la pintura y la arquitectura y en el mismo están pintados los retratos del Conde de Floridablanca, Francisco Salcillo, Nicolás de Villacís y Julián Romea.


Destacan en las paredes, los palcos, los grandes espejos y los grabados con escenas de baile. Para iluminar este espacio se cuenta con cinco lamparas de bronce fundido con baño de oro adornadas con 1800 piezas de cristal de Bacarat.




El Tocador de Señoras es una sala decorada con gusto y lujo. Sedas en las paredes, bellos apliques con bordados de los talleres de Lorca, un mobiliario muy bien integrado en el conjunto, abundancia de espejos, todo dispuesto  para facilitar a las damas el retocado de sus atuendos y maquillajes. 




En el techo un gran lienzo nos presenta a la Diosa Selene. Los ojos de la mujer alada, que cae envuelta en llamas, te siguen aunque cambies de ubicación. Este es un efecto óptico frecuente en pinturas y tapices que también he visto en otros lugares.






La Sala de Armas es un espacio creado para que los socios del Casino, amantes de la esgrima, pudiesen practicar esta disciplina. En su origen ocupaba también lo que ahora es el Tocador de Señoras y estaba equipada con gimnasio y todo lo necesario para poder realizar competiciones. Actualmente se conserva con un tamaño más reducido .


           
Las pinturas que podemos ver colgadas de las paredes,  en esta y el resto de salas, corresponden a autores nacidos en el Siglo XIX como: Obdulio Miralles, Manuel Picolo y Germán Hernando Amores, entre otros.












El Patio Pompeyano, de 1883, es una reforma de otro  anterior, cuenta con 14 columnas de estilo jónico. De forma cuadrangular, tiene en los laterales del portal de acceso las esculturas de Danaide y Amazona, reproducciones de las originales que se encuentran en el Vaticano.






En el centro otra escultura, en este caso de Venus, sobre un pedestal con inscripciones que narran escenas de la vida de Zeus


La ciudad ilicitana regaló una copia de su famosa Dama de Elche a Murcia destacando que sus rasgos son comunes a la belleza de la mujer murciana. En la placa de latón podemos ver "Museo del Louvre", ello es debido a que hasta 1941 la estatua original formó parte de las obras expuestas en ese museo.




El restaurante del Casino tiene ya las mesas dispuestas para recibir a los comensales. Es de libre acceso tanto para socios como público en general.


En la primera planta hay una pequeña exposición de pinturas del pintor murciano Manolo Pardo que muestran  la contemplación de obras de Velazquez, entre otras, por los visitantes en el  Museo del Prado.








Además de ver los cuadros dedicamos unos minutos para contemplar de cerca, recreándonos con su belleza, la parte superior del Patio Árabe.




Finalizamos la visita al Real Casino de Murcia, mientras salimos me  pregunto el porqué, después de las muchas veces que he estado en Murcia, nunca antes había entrado en este edificio. Acostumbra a pasar que demos por vistos y conocidos lugares, que nos son habituales o cercanos, sin darnos cuenta de lo mucho que ignoramos sobre ellos.

Aún tenemos tiempo para ver algo más antes de comer, por lo que subimos por la Calle Trapería  hasta la Plaza de Santo Domingo en la que los operarios municipales ultiman la decoración floral y acondicionan el recorrido que hará la Procesión de los Dolores por la tarde-noche de hoy.



En una esquina de la plaza las torres de la Iglesia de Santo Domingo llaman la atención. Es una construcción del Siglo XVIII de estilo barroco que vale la pena conocer, aunque nosotros  hoy lo dejemos pendiente.


Si visitaremos el Museo de Santa Clara situado a poca distancia. Todo el conjunto, Iglesia, Museo y Convento se asienta sobre un antiguo Alcázar Musulmán, residencia de los últimos reyes de la Taifa Murciana. 
Alfonso X y su esposa Violante fueron otros de los huéspedes habituales del Monasterio de Santa Clara, cuando Murcia se incorporó definitivamente a la Corona de Castilla, por lo que también tenía la consideración de Palacio Real.






Este Museo recoge, además de resto de su pasado islámico,  una excelente colección de Arte Sacro llamada Tiempos de Silencio,









Esculturas, pinturas, iconografía, retablos y orfebrería se exponen estas salas, destacando obras de Francisco Salcillo, Diego de Mora, Roque López y Anrés de Llanos entre otros.






Santa Catalina de Bolonia, hija de una familia perteneciente a la  nobleza bolonesa, llevó una vida mundana hasta profesar como religiosa. Sentía inclinación por las artes y se formó en ellas dominándolas con facilidad, en especial la pintura. Tuvo un papel destacado en la expansión de las Clarisas sobre todo en Italia. Se la considera la Protectora de las Artes y su cuerpo, incorrupto, se conserva en su ciudad natal.










Curiosa cúpula, llamada de los Dragones, situada en el Presbiterio.


Una magnífica colección de retablos, algunos de ellos con la presencia de Santa Clara nos muestran detalles sobre  su vida y la de la Orden de las Clarisas










Un espacio lleno de bellleza es el Claustro Porticado. Conocida es la importancia que los musulmanes daban al agua, siempre presente en sus jardines con estanques,  fuentes y surtidores. En este caso  una gran alberca ocupa la parte central mientras alrededor árboles y sobre todo plantas aportan color y frescor. Muchas de estas plantas son medicinales y los árabes las usaban para preparar diversos remedios. Una de ellas, la murta o mirto, era especialmente abundante y se especula que de ahí puede venir el nombre de Murcia.





Es una pena que la visita al Museo no incluya el acceso a este Claustro. El mismo forma parte de las dependencias de uso del Convento y me parece un lugar único para que las religiosas puedan practicar el recogimiento y la meditación.



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He telefoneado al Restaurante La Gavacha para ir a comer allí. Misión imposible, la señora que atiende mi llamada me dice que,  desde hace semanas, está todo completo para  viernes, sábado y domingo, 
Aunque es viernes el bullicio de gentes por las calles es enorme y el ambiente totalmente festivo  lo que hace que todos los locales de restauración estén a tope. 
Buscamos otra opción en los alrededores y finalmente encontramos otro restaurante que llevaba anotado, "La Bien Pagá", en la Calle Sociedad. También está lleno pero  nos dan la opción de comer en una mesa que han acoplado a la barra en la entrada del restaurante. Queda un poco alta y en lugar de sillas nos sentamos en unos taburetes más elevados. Obviando esta pequeña incomodidad, el resto es todo bueno, la atención, el servicio y la comida. Restaurante recomendable, en estos momentos, para comer en Murcia.

Después de comer  tomamos unos estupendos Cafés Asiáticos  en la cafetería del hotel y subimos a las habitaciones a descansar un poco. 
Nos hemos apuntado a una visita guiada, que empieza a las 17 horas, para ver el Conjunto Monumental de San Juan de Dios, con ella ocuparemos la tarde hasta que empiece la procesión.


Sobre la puerta de entrada de la Iglesia y presidiendo el Altar Mayor, vemos la imagen de la Virgen de Santa María la Real de Gracia y el Buen Suceso, a la que se venera en este templo.







Esta iglesia  está parcialmente desacralizada y su actividad es más museística que religiosa. En el Siglo XVII se fundó, adosado a ella, el Hospital de la Orden de San Juan de Dios por lo que todo el conjunto acabaría llevando ese nombre.
Es habitual que estos  edificios se contruyesen sobre los restos o transformando lo que quedaba de otras construcciones anteriores. En este caso, en este lugar, había un Alcazar Musulmán del Siglo XII del que todavía quedan restos en el subsuelo, los cuales podremos observar durante la visita.



Junto al Coro, en la parte superior de la Iglesia, encontramos el espacio dedicado al escultor murciano Juan González Moreno,   autor del Monumento al Cardenal Belluga situado frente al Palacio Episcopal .
 

Una fotografía nos muestra al artista, rodeado de sus herramientas, planos y útiles de faena, trabajando en su taller.





González Moreno legó a este Museo  diversas esculturas, en  las que la mujer es protagonista, que podemos admirar en los pasillos que nos llevan hasta el Coro.















El Escultor dejó también un guiño a la historia de Murcia  con las esculturas Alfonso X y el Cardenal Belluga  



El recorrido que hacemos por este complejo me permite fotografiar la Cúpula de la Iglesia desde el exterior y también desde el interior.





Las pinturas de  esta Cúpula, en el interior de la Iglesia, muestran diversos momentos de la vida de San Juan de Dios.


La imaginería religiosa, como no podía ser de otra manera tratándose de una iglesia, cuenta en este recinto con bellas imágenes que van del Siglo XV al XX.






Destacan, en el Altar Mayor, las figuras de San José con el Niño y San Joaquín con la Virgen Niña junto a la Custodia y los Ángeles Cerifarios, obra todo ello de Francisco Salcillo en el Siglo XVIII. 
Custodia y  Ángeles salieron de esta Iglesia en octubre del año 2015 para ser expuestos hasta enero del 2016 en el Museo Thyssen-Bornemisza, lo que da una idea de su valor artístico.


Mientras esperamos que lleguen Paca y Maravillas para ver juntos la procesión, tomamos unos refrescos junto a la Casa de Los Dragones. 
Hay sillas colocadas en todo el recorrido, de pago claro, pero nuestra espalda,  por lo menos la mía, agradecerá ese pequeño dispendio.
Nos sentamos cerca de la Glorieta por donde llega este desfile religioso al Casco antiguo. Los primeros en aparecer son la Banda de Tambores y Cornetas.



Tras ellos desfilan los Nazarenos con los estandartes de la Cofradía. Hasta aquí todo va con arreglo a lo que esperamos ver.


Con el primer paso llega también nuestra sorpresa. Los Nazarenos lucen unos trajes tipicos de la región y unas enormes barrigas tanto adultos como niños, esto último algo desconocido para nosotros.




Pronto, cuando empiezan a repartirnos caramelos, averiguamos el porque de esa voluminosa presencia. Según nos cuentan mis primas, aquí es habitual que los que desfilan agasajen a quienes les miran con esos presentes.


Yo pienso, viéndoles caminar con el paso a cuestas, que quizás no es buena idea ese sobrepeso. Me equivoco, porque todo tiene su motivo y esto también. Parece ser que esto empezó cuando algunos de los que desfilaban en la  Procesión pensaron en llevar algo de comer para reponerse del esfuerzo y evitar mareos. Hubo quien se aprovisionó de más y empezó a repartir con el público lo que le sobraba y eso nos llevó a lo que se hace ahora.


Caramelos, estampas
y otras chucherías, 
reparten los nazarenos, 
que la gente acoge con alegría. 
Pero la cosa no acaba aquí, oigo a Mª Dolors decir  -"esto no es serio"- y  es que le acaban de dar un bollo y un huevo cocido. Bueno, la idea no es mala, según oigo después en la Televisión, también reparten habas frescas que tanto gustan a los murcianos y allegados como yo. Ir a la Procesión y que te inviten a merendar es algo a lo que yo no pongo peros.



Otra novedad de este desfile son algunos instrumentos musicales que yo no conocía, ya que no son habituales de las procesiones que yo había visto hasta ahora.






Esta Banda de Tambores, alguno de sus miembros con los pies descalzos, ya es algo mas tradicional y extendido en las procesiones que he visto en otros lugares.


Seguimos viendo los Pasos mientras la tarde cae y la noche empieza a apoderarse de las calles.




Con la oscuridad y la música de tambores y cornetas el ambiente se vuelve más místico.


La Vrgen de los Dolores, protagonista de esta comitiva cierra la misma. A  mi lado, una señora que se ha levantado de su silla con cada uno de los Pasos, se santigua y la mira con fervor.


Ha llegado la hora de las despedidas, con La Catedral de fondo, dejamos constancia, después de tanto tiempo, del encuentro con Paca.






Ha sido un gustazo volver a verla a ella y a sus hijos Maravillas y también a Paco, al que hemos encontrado en la Procesión. Seguramente, al menos ese es mi deseo, no pasará mucho tiempo sin que volvamos a encontrarnos.




Nuestro recorrido turistíco, por ahora, ha terminado en la capital murciana. Dormiremos dos noches más aquí pero mañana nos desplazaremos hasta la costa, Águilas nos espera.


Murcia 12 de abril de 2019.


Matías Ortega Carmona