No es solo mar y sol lo que podemos encontrar en Tarragona. El turismo
de interior ofrece atractivos como la
Ruta del Cister dedicada a tres de los más importantes monasterios de esta orden:
Monasterio de Poblet |
Santa María de Poblet que alberga el Panteón con
los restos de algunos monarcas catalanes. Como ocurrió con la mayoría de estos
lugares, tras la desamortización de Mendizábal (Juan Älvarez de Mendizábal, ministro de
Hacienda con la Reina María
Cristina de Borbón, impulsó las
expropiaciones a la
Iglesia y otras Instituciones para subastarlas públicamente y aumentar con ello
los
ingresos de las arcas del
estado)Despues de llevarse a cabo
arduos
trabajos de restauración vuelve a estar ocupado por un grupo de monjes que lo mantienen
abierto al culto y velan por su conservación. Es junto con Montserrat el que
más visitantes recibe de toda Cataluña, hasta el punto de que se establecen
visitas guiadas en varios idiomas. Es también lugar de referencia en la vida
religiosa y pública de esta Comunidad Autónoma. Los viñedos que antaño
trabajaron los monjes están ahora alquilados a una de las grandes firmas
catalanas que elabora un excelente vino procedente de esas vides.
- Santas
Creus, está situado en una confluencia de caminos que sirvió de tumba a muchos
caminantes que murieron exhaustos, en su camino hacia el mar, después de haber
atravesado las duras montañas. Se piensa que las cruces puestas en aquellas
fosas dieron nombre al monasterio. Sin la grandiosidad de Poblet, hace que me
sienta más cercano al espíritu de aquellos monjes que lo habitaron durante
mucho tiempo. En la actualidad, este lugar, acoge exposiciones, actos
culturales y algún concierto de música de cámara para aforos reducidos.
- Vallbona de
les Monjes, es el único de estos monasterios que estaba habitado por monjas, siendo
la comunidad femenina más importante del Cister. Da nombre al municipio en el
que está ubicado, ya fuera de la provincia de Tarragona, en la comarca leridana
de Urgell. En este caso, al llegar la desamortización de Mendizábal, sufrió
problemas económicos derivados de la misma, pero sus ocupantes estuvieron fuera
del mismo escasos meses. Esto, evitó que tuviese los problemas de expolio que
sufrieron Poblet o Santes Creus y pudo conservarse manteniendo activa la vida
monacal. Durante mucho tiempo sirvió de
escuela a las jóvenes damas de la nobleza catalana a quienes se les impartían clases de liturgia,
matemáticas y otras ciencias además de instruirlas en labores de costura,
bordados o manualidades. En la actualidad mantiene la actividad propia de un
monasterio pero también se ha convertido en hospedería. Es un lugar ideal para los que solo quieren tranquilidad
y descanso y no gustan de la masificación y el bullicio.
Museo de la Vida Rural |
El primer domingo de septiembre se suele hacer la Festa de la Verema (Fiesta de la Vendimia) y el primero de
diciembre la Festa
del Oli (Fiesta del Aceite). En ambos eventos se celebra la recolección de los frutos antes citados.
En un almuerzo popular se rinde culto a la tradición degustando estos productos.
Se acompañan del típico pan torrado, untado con ajo, tomate y aceite, además de
las siempre sabrosas butifarras y
sardinas arengadas a la brasa. Por los
paisajes de la gastronomía también se suele llegar al corazón.
La cercanía del monasterio de Poblet a la población invita a darse un
paseo a pie hasta el mismo disfrutando del hermoso paisaje cuajado de viñedos.
Se puede rodear el monasterio y regresar a La Espluga de Francolí por la
carretera de Las Masias Catalanas donde están ubicados un hotel y un balneario; antes habremos dejado atrás
el cruce del Mirador de La Pena donde un pozo y la nieve de los fríos
inviernos servían de nevera a los monjes.
Montblanc, la capital de la comarca de la Conca de Barberá, es una
villa amurallada que conserva su aspecto medieval. En ella se celebran cada año
las fiestas en las que se rememora la muerte del dragón a manos de San Jordi.
Montblanc |
En la semana que duran los festejos sus habitantes, ataviados a la
usanza de la edad media, recrean aquel pasado con una feria en la que se venden
animales, aperos de labranza, comida, licores, enormes panes y apetitosos
dulces.
También se pueden degustar asados hechos de la forma más artesanal y ver como la muchedumbre
puja, por hacerse con un lote de ellos, en el mercado de esclavos.
Las Montañas de Prades son un paraíso para los amantes de la
naturaleza. Una ruta que yo recomiendo por su belleza sería Reus-La Espluga de
Francolí-Poblet-Prades-Cornudella de Montsant-Reus. Si el tiempo no apremia,
para hacerla explorando los múltiples encantos que encierran estos bosques y
además, de visitar las poblaciones
citadas, hacer un alto, nunca mejor dicho, en
Siurana. Desde el lugar donde se
dice que saltó la Reina
Mora, por no querer caer en manos de los cristianos, podremos
ver el río y las escarpadas paredes con las que sueñan escaladores de todo el
mundo.
Siurana |
Cornudella de Montsant, situada a los pies de la sierra del mismo
nombre, es una población de visita casi obligada cada 11 de septiembre. El día
en que se conmemora la Fiesta Nacional de Cataluña ha
sido el elegido por sus habitantes para celebrar una multitudinaria paella. El
ambiente es extraordinario y el fervor político queda en un segundo plano. Lo
realmente importante es disfrutar de la fiesta y compartir comida y baile.
Son muchas las veces en que, acompañado de familia o amigos, he
asistido a ese evento y siempre salgo contento y agradecido de ver la buena
disposición de los lugareños para acoger a los visitantes. La alegría y el buen
orden son la tónica en esta fiesta en la que los cocineros compiten contra si
mismos por hacer un arroz mejor que el año anterior.
Cornudella es también una de las puertas del Priorato. Esta comarca, famosa por sus vinos, tiene pueblos a
los que la recuperación y el auge de la viña han salvado del abandono y la
despoblación, trayendo de nuevo la vida. Vinos que han alcanzado fama mundial exportándose buena
parte de ellos a Estados Unidos donde alcanzan precios exorbitantes.
Los fines de semana las estrechas carreteras del Priorato se llenan de
automóviles con gentes venidas sobre todo de la vecina provincia de Barcelona. Llegan atraídos por el vino y la oferta gastronomita
de la comarca. Me comentaba un vecino de La Vilella Baixa (la
hay también alta) que esos de Barcelona están en todos sitios, tanto es así que
muchos de ellos han elegido estas tierras para tener su segunda residencia.
Otros, como los afamados cantantes Luis Llach o Joan Manel Serrat, ponen en la
elaboración del vino su innata sensibilidad sabiendo que con él pueden llegar
al corazón de las gentes, igual que hacen con su música y canciones.
Un lugar con singular encanto, pero en estado de ruina casi total, es la Cartuja de Escala Dei
donde según se cuenta, los monjes que la habitaban, fueron pioneros en la
explotación de la viña y en la elaboración del vino.
El entorno es hermoso con la
Sierra del Montsant siempre presente. Son muchos los
recorridos señalizados que se pueden hacer por la misma, disfrutando de la
naturaleza y descubriendo las pequeñas
ermitas, situadas en bellos parajes, donde el caminante encuentra paz y
descanso.
Ermita de Sant Joan de Codolar |
El Delta del Ebro es una de las zonas que más turismo atrae en Tarragona
y otro de mis lugares preferidos. Desde que en mis viajes de infancia, descubrí
el más caudaloso de los ríos españoles me sentí atraído por él. Por eso,
después de afincarnos en Reus, busqué unos días para pasarlos recorriendo ese extraordinario
paisaje.
Deltebre, La Cava,
San Jaume de Enveja, son algunas de las pequeñas poblaciones situadas en este
territorio y en las que se vive toda la esencia del mismo. Durante muchos años
el único medio para atravesar el río, en estos parajes, ha sido el transbordador,
una gran barcaza en la que personas y automóviles evitaban dar un gran rodeo
para ir de una margen a otra. Esta travesía, junto a la que otras embarcaciones
realizan desde Amposta, Riu Mar o San Carlos de la Rapita por la desembocadura, son casi obligadas si uno quiere tener un
recuerdo fiel del bucólico entorno donde el Ebro se entrega al Mediterráneo.
Navegando por la desembocadura del Ebro |
Situado en el corazón del Parque Natural encontramos el Poplenou
(Pueblo nuevo), creado después de la guerra civil para dar cobijo a los muchos
obreros que, desde otros lugares, venían
para trabajar en la siembra y recolección del arroz. Este pueblo aparece como
un oasis, tanto si se va como si se viene, en medio de los inmensos campos de
arroz.
Desde San Carlos de la Rapita, población entre
otras cosas famosa por sus langostinos, tenemos una vista inigualable de todo
el Delta. Solo hay que subir al Mirador de La Guardiola para, desde
allí, contemplar los arrozales, la desembocadura y las lagunas que durantes
muchos meses del año albergan a millares de flamencos y otras aves acuáticas. Según
la fecha en la que nos encontremos, las tonalidades del paisaje varían
completamente, ya sea tiempo de siembra,
de crecimiento o de recogida del arroz.
No encuentro que haya una fecha mejor que otra para
visitar el Delta, aunque el aspecto de lo que veamos sea del todo distinto, a
mí, en cualquier época del año, esas imágenes me llegan siempre al corazón.
En cualquier oficina
de turismo se puede encontrar amplia y precisa información sobre este Parque
Natural y las distintas rutas que se pueden hacer por el mismo. Puestos a
sugerir yo recomiendo iniciar el recorrido en la Ampolla para finalizarlo
en San Carlos de la Rapita. En
el camino siempre es interesante hacer un alto en los miradores situados en las
lagunas de La Tancada
y La Encanyissada.
Aunque las mejores instantáneas son aquellas que cuando las
ves se transforman en emociones, conviene recordar que una cámara fotográfica y unos buenos
prismáticos son un complemento ideal para ese viaje.Mirador de La Encanyissada |
Hay otros lugares, menos conocidos por el turismo de
masas, que forman parte de esas visitas que yo llamo el circuito familiar. Es
decir, sitios a los que llevo a parientes
y amigos que vienen a verme escasos de tiempo pero que quiero que se
lleven en el recuerdo la sensación de haber visto cosas interesantes:
Mara Salgado, gran amiga y excelente escritora. en el Parque de Sama |
El Parque Samá; unos terrenos en los que el conde
del mismo nombre edificó una mansión que le recordase las plantaciones que su
familia tenía en Cuba.
Rodea todo el perímetro de la finca una pared que en
ningún caso hace pensar, a quien no lo sepa, la maravilla que oculta en su
interior:
Jardines y una considerable arboleda con especies autóctonas y otras
importadas de America y Asia son el espacio ideal para pasear, a pie o a
caballo.
Una cascada da origen a un canal que, sin llegar a ser río después de
pasar por tres islotes, desemboca en un pequeño lago.
En el centro del estanque hay
un mirador rematado con un templete desde el que podemos ver una bonita
panorámica del lugar. Peces, los hay de considerable tamaño, y algunas tortugas
viven en las poco profundas aguas.
Plantíos de palmeras y mandarinas, zona de juegos infantiles y las
jaulas que hasta la guerra civil española albergaron un reducido zoológico y
que ahora, a excepción de un par que cobijan algunas aves, permanecen vacías.
Parque de Sama |
Los reyes del recinto son los pavos reales, te los puedes encontrar
por cualquier rincón, incluso encaramados a la rama de algún pino (debo
confesar que nunca antes había visto una de estas aves en tal situación)
emulando a las muchas ardillas que han fijado en ese bosquecito su residencia.
En una esquina se alza una torre mirador desde la cual, además de
poder ver toda la propiedad, se divisa buena parte de la comarca del Baix Camp
y las poblaciones del litoral con el mar de fondo.
Todas la obras del canal, estanque y diseño del jardín se deben al
Maestro de Obras, vecino de la cercana población de Vinyols y els Arcs, Josep
Fontsere y Mestres autor de los Jardines del Parque de la Ciudadela en Barcelona
quien contó para hacer la
Fuente y Cascada del mismo con la inestimable ayuda y talento
de un joven Antonio Gaudí.
Sant Miquel de Escornalbou, un castillo que puede datar del siglo XII y
que al parecer fue el último reducto árabe en la comarca. Debe su advocación a
que, según se cuenta, el mismo Arcángel San Miguel ayudó en la batalla que
supuso la conquista del lugar a los sarracenos.
Sant Miquel de Escornalbou |
El Rey Alfonso I de Aragón lo cedió a los canónigos agustinianos que
lo habitaron hasta que fueron reemplazados por
monjes franciscanos, quienes hicieron de él residencia y seminario.
Sin grandes pretensiones artísticas se mezclan en la construcción
varios estilos, predominando el románico. Esto hizo que Eduard Toda, un
diplomático reusense que adquirió la propiedad en 1908, atribuyese su origen a
los romanos.
Toda inició una amplia remodelación y convirtió el castillo en su
residencia particular aunque en 1926 acabaría cediéndolo al arzobispado de
Tarragona quien lo puso a la venta. Después de pasar por varias manos, en 1941
sería comprado por el industrial José M Llopis quién tras ocuparlo durante unos
años lo vendería al Banco Urquijo. En la actualidad es propiedad de la Generalitat de
Cataluña y está gestionado por la
Diputación de Tarragona.
Castillo,
Iglesia y Claustro forman un conjunto no exento de encanto. El interior de lo
que fue la vivienda aun conserva muebles antiguos y está siendo restaurado para
devolverle el buen aspecto que tuvo antaño. Me gustan estos lugares y me parece
encontrar en ellos, cuando los visito, el espíritu de aquellos que los
habitaron y dejaron en ellos su impronta,
acondicionándolos según su experiencia, gustos y cultura adquiridos a través
de una vida rica en vivencias, como puede ser el caso de Eduard Toda.Claustro |
Para mi lo mejor de San Miquel de Escornalbou es pasear por el
claustro y (si esa calima tan frecuente en estas tierras nos deja) contemplar
las hermosas vistas del Baix Camp y todo el litoral. Podemos disfrutar aun más
del paisaje y tener una mejor panorámica de todo él, edificios incluidos, subiendo
hasta lo más alto, a la pequeña ermita que corona la montaña. El esfuerzo,
nunca mejor dicho pues la subida se las trae, sin duda merece la pena.
Para llegar a este Castillo Monasterio el camino más sencillo es ir
hasta la población de Riudecanyes y una vez atravesada la villa tomar la
carretera que lleva hasta la cima del monte donde está emplazado.
La comarca del Camp de Tarragona ha terminado siendo uno de mis
paisajes más familiares y una tierra con la que me siento muy identificado. En
ella he vivido esas emociones que hacen
que los paisajes, al margen de su belleza que también la tiene, sean
importantes para mí.
Es terreno tradicionalmente agrícola donde abundan el olivo, la viña, la almendra y la
avellana, compartiendo espacio con algunas zonas de pinares.
Desde hace unos años una nueva especie, las chimeneas de las
petroquímicas se elevan hacía el cielo lanzando llamaradas y emisiones de quien
sabe que.
El Catllar |
Pequeños pueblos, con mucha vida -ya sea por las explotaciones
agrarias, los cánones que pagan las empresas petroquímicas o el turismo-
jalonan esta comarca. En cada uno de ellos solía haber un castillo de los
cuales, en el mejor de los casos, se conserva algún trozo de torreón o muralla.
Es típico que todos dispongan de iglesias con grandes torres donde se ubica el
campanario. Pero hay dos iglesias que se salen de este modelo y que son
pequeñas joyas del modernismo, siendo responsable de su construcción el mismo
arquitecto, Josep María Jujól Gibert
Hablaba en páginas anteriores
de este insigne personaje y lo definía como el arquitecto de las causas
pobres. Son muchos los que lo infravaloran atribuyéndole, como mayor mérito,
ser alumno de Antonio Gaudí. Si bien Jujól
colaboró, en momentos puntuales con el reusense, no puede decirse que existiese entre ambos
esa relación de maestro alumno. Jujól, es importante por sí sólo y su obra
digna de admiración por la belleza que encierra y, en muchos casos, por la
escasez de recursos económicos de que dispuso para desarrollarla.
Iglesia del Sagrat Cor de Vilabella |
Jujól, además de un gran arquitecto, fue también un maestro en la
técnica del serigrafiado y un precursor del reciclaje. La escasez de recursos
con la que tenía que enfrentar algunas de sus obras le obligaba a aguzar el
ingenio. Buena muestra de ello son las dos iglesias de las que hablaba antes:
la iglesia del Sagrat Cor de Vistabella, en el término municipal de La Secuita y el Santuario de
Montserrat en la población de Montferri.
La
primera de estas iglesias contó con el
presupuesto que se pudo reunir con las aportaciones de los vecinos. Eso puede
dar una idea de lo exiguo del mismo. Jujól aplicó aquí todo su ingenio y además
de diseñarla participó en la construcción de la misma. Suyos son algunos
frescos que adornan las paredes, las
originales lámparas fabricadas con latas de conserva y algunas de las rejas que
adornan la capilla. El resultado es una obra que embelesa a quienes la visitan.Montferri |
El Santuario de Montserrat en Montferri es la otra gran obra de Jujól
en las comarcas de Tarragona. La idea de su construcción, según el jesuita
Daniel María Vives, fue de la propia Virgen. Mientras Daniel rezaba, en una de
las cuevas de la
Sagrada Montaña de Montserrat, ésta se le apareció y le pidió
que levantase una iglesia en tierras de Tarragona para que la gente, que no
podía desplazarse desde ese lugar, pudiese rezarle allí.
Montferri, pueblo natal de Daniel Vives, fue el lugar elegido por el
clérigo, para edificar esa iglesia. Empleó en su construcción todo el
patrimonio de que disponía y en la misma colaboraron, con su trabajo y
donaciones, los habitantes del pueblo.
Jujól,
otra vez con escasos recursos, proyectó el Templo y dirigió la elaboración de
los materiales necesarios para levantar el templo. Los bloques para la
estructura, los tochos y los ladrillos para la edificación, se hicieron con arena y grava del río Gaía,
mezcladas con cemento y ceniza del carbón de las locomotoras de vapor; eso da
un peculiar color al Santuario.
Santuario de Montserrat en Monferri |
Hace ya algo más de setenta años que empezó a construirse y aun quedan
algunos detalles por concluir como son, la mejora de la carretera de acceso y
una zona de aparcamientos. La iglesia, en sí, está terminada y abierta al
culto. Consta de una sola nave con varias cúpulas y está presidida por el
camerino de La Moreneta
al que se accede por dos escaleras laterales. El estilo recuerda algo, en sus
torres, a la Sagrada
Familia aunque lejos de la grandiosidad de esta. Pero, dentro
de su modestia, la obra de Jujól bien merece una visita para recrearse con
ella.
Matías, autor del libro, en el Camerín de la Virgén |
Al margen de Jujól y sus iglesias el Camp de Tarragona tiene la más
vanguardista estación de tren de toda Cataluña
y quizás de todo el ferrocarril español. En ella quise situar el
comienzo de este libro para resaltar su importancia, en lo profesional y en lo afectivo.
En Camp de Tarragona se agrupan todos los recuerdos y paisajes de mi
vida ferroviaria. Mi paso por ella ha sido, sin ninguna duda, lo mejor de mi
vida laboral y como en ningún otro sitio se ha producido una simbiosis entre
trabajo y relaciones personales que rozan la excelencia. Me congratula que,
después de haber pasado casi un año de haberme acogido a un plan de
jubilaciones avanzadas, la mayoría de los que allí trabajan me echen de menos y
sigan pensando que el tiempo que compartimos fue tan bueno para ellos como para
mi.
Para alguien como yo que, ya sea de viajero o como profesional, ha
visto evolucionar el ferrocarril hasta límites insospechados, partiendo de los
trenes de vapor, acabar mi vida de ferroviario con los trenes de Alta Velocidad
es un regalo.
Estación de Alta Velocidad de Tarragona |
Se me ofreció la oportunidad de inaugurar la dependencia, siendo el primer Supervisor de Camp de Tarragona, y
aplicar allí todos los conocimientos de una vida ferroviaria. Pienso que la
experiencia ha sido muy positiva y la estación tiene bastante de mi impronta
personal. El tiempo indudablemente puede con la mayoría de los recuerdos pero,
el trabajo realizado y sobre todo los afectos conseguidos, se lo pondrán muy
difícil al olvido
Vias de Alta Velocidad |
La plantilla de la estación de Camp de Tarragona, incluyendo a la
mayoría de trabajadores de los distintos servicios, es un ejemplo de eficacia
en lo profesional a pesar de que nadie había tenido un contacto anterior con el
ferrocarril. Pero lo mejor de todo es su faceta humana por lo que, sin olvidar
cumplir cada uno con su obligación, se establecieron unos lazos de cariño que nos llevaron a ser una gran familia.
Camp de Tarragona de Tarragona es por el momento, visto desde el
corazón, mi último gran paisaje.
Nota del autor:
La mayoría de las fotografías son obra Matías
Ortega Carmona, el autor del libro pero también han colaborado en este apartado y
quiero agradecer esa colaboración a las siguientes personas:
Dolores Agea Pérez
de Tarragona
Sara Lucía Peralta Espallargas de Tarragona
Jerónimo Pérez de Galicia
Quique Castillo de Canarias.