DE BILBAO A FERROL EN TREN DE VÍA ESTRECHA - ASTURIAS 5ª PARTE
GIJÓN
La habitación y las camas del Hotel Nap son confortables y lo aprovechamos para no madrugar demasiado. Hemos andado mucho estos días y conviene descansar, pues aún queda mucho camino. Desayunamos con tranquilidad y por el Paseo de la Losa nos dirigimos a la Estación de Ferrocarril; frente a esta hay una estatua, Hombre sobre Delfín, cuyo diseño corresponde a Salvador Dalí.
Nuestro segundo día en Asturias lo dedicaremos a realizar una visita, más breve de lo que nos gustaría, a Gijón. Cuando planeamos el viaje, no teníamos claro que dispusiésemos de tiempo para hacerla pero gracias a Mara, que con su auto nos trasladó de un lugar a otro en Oviedo, ganamos unas horas que lo hacen posible. Dejamos por un día los trenes de Feve para trasladarnos de una ciudad a otra en los Civia que Renfe tiene en las lineas de cercanías asturianas.
Gijón es una ciudad moderna, ha evolucionado sin perder su identidad, aunque su antigüedad sea anterior a la Época Romana. En el camino desde la estación hasta el Paseo de San Lorenzo encontramos bellos edificios modernistas.
Una de las iglesias que merece una visita, aunque no tenga mucha difusión en las informaciones turísticas, es la del Sagrado Corazón. Llamada popularmente La Iglesona, fue incendiada en la Guerra Civil y también utilizada como prisión durante la contienda. La estatua de Jesucristo bendice a los gijoneses desde sus 45 metros de altura.
La playa de San Lorenzo es quizás la estampa más popular de Gijón. Es un inmenso arenal que se extiende a lo largo de unos 1600 metros entre la Iglesia de San Pedro y la desembocadura del Río Piles. Curiosamente, aunque estamos a principio del mes de abril, algunos valientes se atreven a adentrarse en las aguas del Cantábrico. La verdad es que la temperatura es excelente y la ropa de abrigo sobra cuando caminamos sobre el muro del paseo que bordea la playa. Es un muro con balaustrada y escaleras, a corta distancia unas de otras, para permitir el acceso a los bañistas o a aquellos que gustan de pasear por la cuidada arena.
En la Plaza Campo Valdés, donde se ubica el Museo de las Termas Romanas, encontramos la estatua de Octavio Augusto, quien en sus primeros años como Emperador de Roma conquistó estas tierras. Tuvo el sucesor de Julio Cesar una prolongada actividad guerrera pero también pacificadora, consiguiendo acuerdos con las diversas facciones del territorio que dieron estabilidad a la entonces llamada Hispania, convirtiéndola en una de las más importantes provincias del Imperio.
El Museo de las Termas Romanas acoge uno de los yacimientos más importantes del norte de España. Está abierto al público desde el año 1965 y en él se pueden ver unos baños públicos, construidos entre los siglos I y IV, junto a herramientas y diversos restos arqueológicos.
Dejamos atrás Las Termas y nos disponemos, siguiendo la costa, a recorrer el barrio de Cimadevilla. Se trata de un barrio marinero situado en una pequeña península desde el cual la ciudad se fue extendiendo hacia el sur. En la antiguedad fue un recinto amurallado que quedaba aislado al subir la marea. La fortaleza, de la cual aún quedan algunos vestigios, fue destruida en las guerras fratricidas en las que continuamente se veía envuelta la corona de Castilla.
Nos detenemos unos momentos en la iglesia de San Pedro Apóstol, patrón de Gijón, un templo del siglo XV de estilo neorrománico asolado en la guerra civil y reconstruido al acabar la misma. Está situada al final de la playa de San Lorenzo y de ella sale un paseo que recorreremos posteriormente bordeando Cimadevilla.
Desde la parte posterior de la Iglesia de San Pedro se puede contemplar una magnífica vista de la bahía gijonesa.
Coronando el barrio marinero está el cerro de Santa Catalina, una zona convertida en parque y que cuenta con el atractivo de la escultura de Eduardo Chillida llamada Elogio del Horizonte.
Unos viejos cañones recuerdan tiempos en los que el lugar era un asentamiento militar del que queda muy poca cosa.
Desde el puerto nos dirigimos hacia los Jardines de la Reina, llamados así en recuerdo de la esposa de Alfonso XII, María Cristina de Habsburgo-Lorena, madre de Alfonso XIII. Un bello palacio llama nuestra atención, nos fijamos en una placa fijada en la fachada que nos dice que se trata del Consulado de Francia. Este palacio es propiedad de la familia Paquét, originaria de Francia, fue en su día residencia familiar y Sede de una Naviera, pasando a ser Consulado cuando los Paquét tomaron la representación de los intereses franceses en la zona.
Don Pelayo fue el primer Rey de Asturias y el encargado de poner freno a la invasión sarracena de la Península, su estatua alzando la Cruz de la Victoria preside la Plaza del Marqués.
En la la misma plaza se
encuentra el Palacio Revillagigedo. Este palacio, propiedad de los Condes
del mismo nombre, junto con la anexa Colegiata de San Juan Bautista, es actualmente un Centro Internacional de
Arte y la Sede de Cajastur.
Otro de los lugares interesantes, por su historia, es el Pozo de la Barquera donde, tal como recuerda una placa ubicada en el mismo, se elegían y juraban sus cargos los miembros electos del Concejo.
El Ayuntamiento de Gijón se ubica en La Plaza Mayor de la ciudad.
Es un edificio de estilo neoclásico inaugurado en 1865 que no tiene la monumentalidad del de Oviedo, pero que se integra perfectamente en el conjunto de edificaciones que conforman la Plaza Mayor, aportando a la misma cierto señorío.