domingo, 29 de mayo de 2016

VIAJE POR LA CATALUÑA CENTRAL Y EL PIRINEO GERUNDENSE - 1ª ETAPA VIC






                 VIC




Nos encontramos en Vic, capital de la comarca de Osona, en el corazón de Cataluña. Como es habitual, Elena y yo, vamos acompañados de Maria Dolors y Domingo en un viaje que en esta ocasión haremos sin salir de nuestra Comunidad Autónoma. Algunos de los lugares que veremos ya los conocíamos de visitas anteriores aunque no  en tanta profundidad y detalle como esperamos hacerlo en estos cinco días que durará nuestra excursión.

Siguiendo nuestra costumbre, hemos elegido para desplazarnos nuestro medio natural que no es otro que el ferrocarril. Aunque jubilados, desde hace un tiempo, Domingo y yo no podemos olvidar los muchos años en que este medio de transporte ha sido también nuestra profesión y disfrutamos viajando en tren.
Hemos salido de Reus a las 09,32 horas con 15 minutos de retraso, lo cual viene siendo habitual, desde hace meses, en los trenes que cubren el recorrido de Caspe a Barcelona y después de hacer transbordo en Barcelona Sants llegamos a Vic a las 12,52 horas. El tiempo es excelente, hace sol y buena temperatura, aunque la nieve que cubre la Sierra del Cadí pueda inducir a pensar otra cosa. 
Nos alojaremos en el  Hotel Seminario de Vic, ubicado en el ala izquierda del edificio religioso que, aunque sigue desarrollando las actividades que le son propias, dedica parte de sus instalaciones a alojamiento. Es un hotel recomendable, con habitaciones modernas y una atención y amabilidad extrema por parte del personal que lo gestiona. El restaurante funciona como auto-servicio y la comida es buena y abundante. La habitación dispone de estupendas vistas y ,aunque están trabajando en el exterior, por la noche no hay ruidos y se descansa perfectamente.



Es lunes, día en que los museos y otros centros que queremos ver están cerrados, por lo que dedicaremos la tarde a visitar la catedral y a recorrer el centro de la ciudad, admirando los bellos edificios que hay en la Plaza Mayor y calles adyacentes.
Hemos comido en el Hotel y después de un breve descanso en la habitación nos vamos paseando hasta la zona monumental, que no queda demasiado lejos. Desde la Calle Manlleu vemos como la nieve cubre las cimas de las montañas;  seguro que cuando el sol se oculte sentiremos que la temperatura refresca.



La Catedral de Vic está dedicada a Sant Pere (San Pedro) y la mandó construir el Obispo Oliba en el siglo XI. Con el tiempo ha sufrido modificaciones, quedando de la obra original, entre otras cosas, el Campanario, de estilo románico, que pasa por ser el más alto de Cataluña y es uno de los emblemas de la ciudad.



El Campanario guarda cierta similitud con el del Monasterio de Santa María en Ripoll del cual fue Abad el Obispo Oliba. Este prelado es un personaje importante en la Cataluña de la Reconquista no solo por su quehacer religioso, pues además de su faceta eclesiástica desarrolló también   tareas de gobierno. Fundó el Monasterio de Montserrat y restauró otros muchos siendo el impulsor del arte románico catalán. Destacó como escritor y además promulgó las leyes de Paz y Tregua que serían la base de las futuras Cortes Catalanas.


La Cripta, situada bajo el Altar Mayor del templo, es otro de los espacios que aún se conserva de la construcción original. Para mi gusto, el detalle de más mérito que podemos ver en ella es el Retablo de Sant Pere, que data del siglo XIV, época gótica, esculpido en alabastro por el Maestro Pere Ollé. 




Variadas escenas de las Sagradas Escrituras se ven reflejadas en esta colosal obra de arte talladas  por el cincel del artista. El Nacimiento de Jesús, la Adoración de los Reyes o la Decapitación de San Juan son algunas de ellas:





El  Claustro es también de la época gótica, en el centro del mismo podemos ver la escultura de de Jaume Balmes, uno de los hijos predilectos de la ciudad. Como si presintiese que su vida sería breve, Balmes, la vivió con toda intensidad y en 37 años desarrolló una labor tan intensa que otros necesitarían vivir dos veces para poder llegar a emularle. Como  canónigo llegó a ser secretario del Nuncio Papal en España, teniéndose en cuenta su criterio a la hora de nombrar obispos o tomar decisiones sobre las actividades de la Iglesia en nuestro país. Además tuvo una prolija carrera literaria y se interesó siempre por la situación de las clases más desfavorecidas de la sociedad. Fue también Docente y son muchos los centros escolares que llevan su nombre en Cataluña, uno de ellos en Mataró, La Academia Balmes,   donde yo tuve mi primer contacto con los números y las letras.


Otro Obispo que tuvo gran influencia sobre la Catedral y  la Diócesis de Vic fue Josep Torres y Bages que estuvo al frente del obispado  del 19 de junio de 1899 al 7 de febrero de 1916. Da la casualidad que el día anterior a nuestra visita se le rindió un homenaje, en el centenario de su muerte. Al mismo acudieron unos 350  sacerdotes de toda Cataluña y otras regiones de España, entre los que se incluían diversos Obispos. Todos ellos le recordaron rezando ante su tumba que se encuentra en una capilla del templo.






Torres y Bages fue quien encargó al artista Josep María Sert la decoración del interior de la Catedral. Sert realizó su trabajo en diversas  fases que finalizaron en 1945, poco antes de su muerte. Sus restos reposan muy cerca de su obra, en el mismo claustro en el que se encuentra el monumento funerario de Jaume Balmes.
Las pinturas de Sert son uno de los grandes atractivos de la Catedral de Vic, algunas de ellas   se pueden apreciar en las siguientes fotografías.







Después de visitar la Catedral nos dedicamos a hacer un recorrido por la zona histórica de la ciudad. De la importancia de la misma y del poder económico de algunos de sus vecinos  podemos hacernos una idea viendo las hermosas construcciones que encontramos en nuestro camino.
Las casas de Ramón Sala, Casa Bayés, Casa Masferrer, Casa Bojons,  y algunas más son ejemplos de bella arquitectura y de ese poder  económico del que antes hablaba.







Hasta que empecé a recabar información para este viaje no supe que en Vic se conserva, en muy buen estado, un Templo Romano en cuyo interior se celebran exposiciones de diversa índole. Está emplazado junto a los restos del antiguo Castillo de los Montcada, señores feudales de Vic y su comarca en el siglo XI. 


Los estudiantes siempre fueron un activo en esta ciudad, sobre todo los seminaristas. Una escultura de Joan Seguranyes, situada en la Plaza Don Miquel de Clariana, rinde un homenaje a estos jóvenes  


  
Centros tradicionales de enseñanza a lo largo del tiempo han sido La Escuela Catedralicia Medieval, La Universidad Literaria, El Seminari Tridentí en los siglos XVIII y XIX y actualmente La Universidad de Vic. 



La Plaza Mayor es el centro neurálgico de Vic. En la explanada situada en el centro de la misma se celebraba, cuando solo era un solar, un mercado en campo abierto. 
Se empezó a construir a finales del siglo XII y principios del XIII. Aunque los edificios que circundan el centro son de diversos estilos y distintas épocas, el conjunto resulta realmente bello y armónico. Todas las construcciones disponen de porches y soportales con el objeto de que las gentes pudiesen resguardarse de la inclemencias del tiempo, siendo obligado por la normativa del momento que los arcos debían ser lo suficientemente altos que permitiesen el paso de un jinete a lomos de su caballo.
Curiosamente la Plaza nunca se empedró ni se asfaltó conservando su estado primitivo de tierra. Esto la hace única y permite también que se puedan realizar sin problemas espectáculos ecuestres que son habituales en la ciudad.





Ocupando una de las esquinas de este recinto, en la confluencia con la Calle Jacint Verdaguer, se encuentra el magnífico edificio de Estilo Modernista del Casino de Vic. En sus orígenes el  Casino de Vic se constituyó como una entidad cultural que acogía representaciones musicales y de teatro. Durante la Guerra Civil fue decomisado por la Fai-Cnt y en la Dictadura estuvo al servicio de las élites más próximas al Régimen. Con la vuelta a la democracia este local ha recuperado su esencia cultural al servicio de todos los ciudadanos.


El día ha resultado agotador y mi espalda no me da tregua. Aunque mis acompañantes parecen estar más enteros decidimos retirarnos al hotel a descansar, mañana tenemos otra jornada con bastante que ver y con mucho camino que andar.

El descanso ha sido reparador, la tranquilidad del Seminario se presta a ello. Nuestras habitaciones dan a un pasillo con vistas al Claustro y desde los ventanales del mismo podemos avistar el Macizo del Montseny y su pico más alto, el Turó del Home. Esta es  la primera gran montaña que uno encuentra viniendo de la costa, después de atravesar La Sierra Litoral que separa las comarcas del Maresme y el Vallés Oriental.
Algunos aficionados al vuelo han madrugado más que nosotros y al mirar las montañas vemos varios globos surcando el cielo de la Plana de Vic. Las fotos están hechas con el teléfono móvil que ofrece menos calidad que mi cámara habitual, pero no esperaba ver este espectáculo camino del desayuno.






Otro de los atractivos de Vic es su mercado.Como antes comentaba se celebra en la ciudad desde tiempos inmemoriales, en la actualidad martes y sábado. Con la proximidad de las fiestas navideñas su importancia aun es mayor y atrae visitantes y compradores de todas las comarcas vecinas. Hoy es martes y la Plaza Mayor presenta un aspecto totalmente diferente al de ayer.



Es fácil encontrar algo atractivo en los mercados, pero nosotros dedicaremos nuestras primeras horas de la mañana a visitar uno de los museos singulares de Vic, El Museu de l'Art de la Pell.
El Museo se emplaza en lo que anteriormente fue el Convento del Carmen, un edificio del Siglo XVIII que ha sido rehabilitado y adaptado para cumplir su actual función. En los pisos superiores están las salas de exposición y en la planta baja una biblioteca.
Andreu Colomer Munmany recopiló una extensa colección de objetos fabricados total o parcialmente en piel. Hay una gran variedad de ellos, arcones, sillas, máscaras, biombos, un suntuoso lecho y también transportines de aquellos en que los señores eran paseados por sus lacayos. Tampoco faltan cuadros que podríamos confundir con tapices y algún bello secreter para guardar objetos de escritura. De todo ello una pequeña muestra en fotografías:



















Cuando salimos del Museo son las 12, 40 horas, aunque es algo temprano decidimos ir a comer pues por la tarde tenemos que visitar el Museo Episcopal y después continuar viaje para ir a pernoctar a Ribes de Freser.
Comeremos muy cerca del Mercado, en Ca La Teresona. Se trata de un local que dispone de charcutería en la planta baja donde se venden conservas, carnes y embutidos artesanales. El restaurante está situado encima, en el primer piso. Es un lugar muy recomendable, tanto por la calidad de los productos que sirven como por el servicio que ofrecen y todo ello a buen precio. Los embutidos, destaca la famosa longaniza de Vic, son sabrosisimos y los canalones una delicia. Somos los primeros comensales en entrar en el comedor pero, cuando marchamos, éste está lleno, lo que corrobora mi opinión sobre el restaurante.


Después de comer apetecería una buena siesta, pero la obligación del turista es seguir visitando y conociendo otras cosas. Por el camino hasta el Museo Episcopal encontramos alguna cosa curiosa: escaparates que llaman la atención incluso después de haber comido



y una calle en la que se prohibe el paso de carros so pena de multa de10 reales


El Museo Episcopal se encuentra junto a la Catedral; desde que Elena y yo lo visitamos, hace muchos años, ha sido remozado y ampliado, convirtiendose en uno de los más importantes de Cataluña y de todo el estado español.


Este edificio alberga una colección de más de 29000 piezas mediante las cuales se puede hacer un recorrido que abarca el arte románico y gótico catalán en la Edad Media. Pinturas y esculturas, obras maestras de gran valor que nos trasladan a otro tiempo.














 
Colecciones de orfebrería, forja, vidrio, cerámica o tejidos nos muestran la historia del arte litúrgico y las artes decorativas en Cataluña.


















Desde una sala de descanso, a través de un ventanal, tenemos una bonita vista de la plaza del Museo con la esfigie del Abad Oliva. Eso nos recuerda que nuestro tiempo se agota y debemos ir finalizando nuestra visita para regresar al hotel, en busca del equipaje. No abandonamos el Museo Episcopal por esta puerta ,pero su belleza está acorde con el resto de lo que hemos visto, valga por ello acabar este paseo cultural en la misma.


La estancia en Vic termina, duarante dos días hemos  podido conocer una ciudad por la que, como ocurre con muchas otras, uno puede haber pasado muchas veces pero sin detenerse lo suficiente para que le deje huella. Ahora si, después de esta visita, Vic, siempre será una agradable referencia, un lugar al que querremos volver en nuestro andar viajero.

Vic, 12 de abril de 2016

Matías Ortega Carmona

jueves, 28 de abril de 2016

VIDEO _ LAGO DE PUIGCERDÁ




Lago de Puigcerdá.

Puigcerdá es la capital de la comarca gerundense de la Cerdanya, uno de sus atractivos es su lago que en primavera y otoño ofrece unos bellisimos paisajes. Recomiendo su visita.
La fotografía corresponde a los restos de la Iglesia de Santa María de la cual solo se conserva  su torre, convertida en Oficina de Turismo. Se puede subir hasta la parte más alta, a la azotea sobre el Campanario y desde allí contemplar toda la belleza que nos regala esta hermosa tierra.

Clicar sobre el enlace para ver el video.


sábado, 19 de marzo de 2016

DE BILBAO A FERROL EN TREN DE VÍA ESTRECHA - FIN DEL VIAJE, FERROL





DE BILBAO A FERROL EN TREN DE VÍA ESTRECHA

FIN DEL VIAJE, FERROL (BETANZOS)




09 de abril de 2011, son las 12,21 horas cuando nuestro tren parte de Viveiro con destino a Ferrol. 108 minutos por delante para disfrutar de un viaje tranquilo y de magníficos paisajes. De nuevo pido perdón a los que me seguís en estas crónicas viajeras por los defectos en las fotografías sacadas desde el tren pero, como ya dije anteriormente, creo que  en algunos casos su inclusión está justificada para dar mayor fidelidad a la narración.
Aunque vamos bordeando la costa, buena parte del trayecto discurre entre bosques de eucaliptos.  Esos árboles importados de Australia son una plaga que, desplazando a las especies autóctonas,  ha colonizado los montes gallegos. 
De tanto en tanto tenemos el premio de vistas de gran belleza, como sucede en O Vicedo en cuyo termino municipal, al final de la provincia de Lugo, se puede disfrutar de excelentes playas.



Mención especial merece, dentro de este recorrido, la villa de O Barqueiro  a la que corresponden las dos siguientes fotografías, la primera de ellas con fotógrafo incluido. 
La Ría de O Barqueiro, ya en la provincia de A Coruña, es la primeras y una de las más pequeñas de las Rías Altas. Corroborando aquel refrán que dice "en el bote pequeño está la buena confitura"  es también una de las más hermosas.
En sus proximidades se puede visitar el Cabo de Estaca de Bares donde Océano Atlántico y Mar Cantábrico se fusionan en un bravío encuentro. El choque de ambos mares hace llegar a las playas de la zona un oleaje muy apreciado por los surfistas. 
El faro del cabo y sus alrededores son un estupendo mirador sobre el mar abierto y un privilegiado observatorio para contemplar las muchas aves migratorias que sobrevuelan esta costa. 
La Isla Coelleira, situada frente a la boca de la Ría de O Barqueiro,  debe su nombre a la gran cantidad de conejos que la habitaban. Es la mayor de las islas cantábricas gallegas; en ella había un monasterio templario, destruido por las incursiones normandas, cuyos restos  sirven como lugar de refugio y descanso a las aves en sus travesias sobre el mar.


Situada entre el Cabo Ortegal y Estaca de Bares se encuentra la Ría de Ortigueira. Es un paraje de excepcional y salvaje belleza con playas y marismas vírgenes que corona la Sierra de A Capelada. En esta sierra se encuentra uno de los acantilados más altos de Europa, 612 metros de caída libre hacía el mar en la Garita de Herbeira. 
En estos montes se encuentra uno de los lugares mágicos y sagrado de Galicia, el Santuario de San Andrés de Teixido donde, según dice la leyenda, va de muerto quien no fue de vivo.
Cariño y Cedeira son poblaciones que con Ortigueira atraen a los peregrinos que además de visitar a San Andrés buscan lugares donde disfrutar de buena comida y paisajes llenos de magia. Esos paisajes se pueden contemplar también desde un banco situado en Loiba que ha sido calificado, recientemente, como el banco mas hermoso del mundo por las vistas que desde él se divisan.


Desde 1978, Ortigueira, acoge el Festival Internacional del Mundo Celta. Durante cuatro días, en el segundo fin de semana de julio, la población acoge a muchos miles de visitantes atraídos por este evento que congrega a los mejores grupos e interpretes solistas de este tipo de música. La asistencia  ha superado en varias ocasiones los 100.000 espectadores.
Elena y yo habíamos visitado esta comarca hace algunos años en un viaje que hicimos con nuestros hijos y nuestra familia de Carnoedo. Entonces lo hicimos en coche, ahora el paisaje queda limitado a lo que podemos observar desde el tren.


El tren ha llegado puntual y  a las 14,10 horas estamos en Ferrol. Comemos en la cantina de la estación donde nos atienden con mucha amabilidad y además nos permiten dejar allí el equipaje para que podamos dar un paseo por la ciudad. Mas tarde hemos de coger otro tren, en esta ocasión de Renfe, que nos llevará hasta Betanzos, fin de este recorrido ferroviario que empezó en Camp de Tarragona una semana antes. En el mismo, hemos viajado a través de ocho Comunidades Autónomas combinando ferrocarril de ancho nacional y ancho métrico. 
Mª Dolors y Domingo ya habían estado en Ferrol con anterioridad y Elena y yo hemos visitado la ciudad en diversas ocasiones, por ello no hemos reservado demasiado tiempo para estar en ella. 
El buen tiempo ha hecho que la vegetación florezca con más rapidez de la habitual y el polen se ha adueñado del ambiente, esto supone para mi, tan propenso a las alergias, un problema que hará que nuestro paseo  sea aún más breve. Aún así tomamos unas fotografías a las que añado algunas de estancias anteriores para que quienes vean este reportaje y no conozcan la ciudad departamental tengan un acercamiento a ella.
 

Hablar de Ferrol es hablar del mar, la historia de esta ciudad ha estado siempre ligada a él. És con Cádiz y Cartagena una de las tres Capitanías Generales con que cuenta la Armada Española. Eso hizo que se ubicasen en ella astilleros de los que han salido tanto buques de guerra como naves dedicadas a la actividad comercial. Alrededor de estos astilleros se desarrolló toda una industria que ha sido el sostén económico de una amplia comarca denominada Ferrolterra. Con influencia sobre una población de unas 200.000 personas conforman con Vigo y su contorno las zonas industriales más importantes de Galicia. Como consecuencia de ello, tanto la una como la otra, se beneficiaron del auge económico de los tiempos de bonanza y han sufrido asimismo, con mayor impacto que otros territorios, las consecuencias de la crisis.
La configuración de la Ría ferrolana la hace altamente segura para las naves que en ella se refugian y su entorno es de una belleza extraordinaria. Su entrada está custodiada por dos castillos, el de San Felipe en la parroquia de Brión, a la derecha si se mira a mar abierto, y el de La Palma situado en el municipio de Mugardos, a la izquierda. Entre ambas fortalezas se extendía una gruesa cadena para imposibilitar la entrada de navíos hasta el puerto.


   
De la eficacia de estos baluartes defensivos, construidos bajo el reinado de Felipe II, puede dar fe la Marina Inglesa que intentó sin éxito invadir  Ferrol en varias ocasiones. La última de ellas en la Batalla de Brión, en el año 1800, cuando las tropas del Contraalmirante Warren sufrieron tal  descalabro que el mismísimo Napoleón se deshizo en elogios para los españoles. Tampoco los franceses, que también lo habían intentado  en 1639 a través del Almirante Henri D´Escobleau, corrieron mejor suerte.



Para ver Ferrol y su ría a vista de pájaro existen varios miradores en los montes cercanos. Uno de ellos, desde el que están tomadas las siguientes fotografías, es el que hay en el Montefaro donde se ubicaron unas baterías de costa, hoy desmanteladas, en el punto llamado de La Bailadora. Las vistas desde ese lugar son impresionantes, se puede llegar a él desde Chanteiro en el Concello de Ares o desde Mugardos, siguiendo la pista que sube desde el Castillo de la Palma:








Volviendo a ras de suelo, nuestro paseo por Ferrol discurre desde la estación a la zona del puerto donde se encuentran las instalaciones militares, Arsenal y Cuartel de Instrucción de Marinería, y los jardines de Los Cantones o Alameda de Suances. Esta zona esta poblada de una densa arboleda, tilos, magnolios y muchos plátanos que para los que tenemos intolerancia al polen constituyen un verdadero peligro; para los que no, es una lugar agradable con jardines y áreas de recreo infantil:





En los jardines de las Angustias se encuentra el monumento que Ferrol dedicó a Pablo Iglesias Posse, uno de sus hijos más ilustres que ocupa un lugar preeminente en la política española. 
Pablo Iglesias,  fundador del PSOE y del sindicato de la UGT,  ocupó el primer escaño de un socialista en el Congreso de los Diputados. Hombre de profundas convicciones y extremada austeridad, protagonizó una anécdota de la que deberían tomar buena nota muchos políticos actuales. Sus compañeros de partido hicieron una colecta para comprarle un abrigo con el que acudió al Congreso. Su atuendo despertó comentarios de mofa de algunos diputados de derecha quienes lo achacaron a un signo de ostentación por su nuevo cargo, eso que motivó que Pablo Iglesias no volviese a usar aquella prenda.


Caminamos por el Barrio de La Magdalena, un ejemplo de arquitectura racional con calles paralelas y transversales. Obviando la diferencia en sus dimensiones me recuerda, en su estructura cuadriculada y rectangular, al Ensanche de Barcelona cuyo plan urbanístico diseñó el ingeniero Ildefonso Cerdá.
Este barrio, es el centro de actividad comercial y lúdica de la ciudad. En el mismo se combinan edificios modernistas con otros más clásicos en los que destacan los balcones con galerías acristaladas.


Los cafés han sido tradicionalmente lugares de encuentro y tertulias, quizás por eso a este de la siguiente fotografía le pusieron de nombre Bla Bla.


En la Plaza de Galicia encontramos el Teatro Jofre, un edificio con una bella fachada modernista diseñada  en 1919 por el arquitecto Rodolfo Ucha Piñeiro, impulsor del modernismo gallego. Esta fachada sustituyó a la original, poco adornada  y austera, que poco tenía que ver con la suntuosidad del interior del recinto.
El teatro se empezó a construir en el año 1862 por iniciativa de un grupo de empresarios que crearon una empresa lúdica cuyos beneficios pensaban destinar al Hospital de la Caridad. Las obras se fueran dilatando y seguramente nunca se habrían terminado de no ser por la aportación económica de Joaquín Jofre Maristany. El empresario, de origen catalán,  nacido en Ferrol y afincado en Buenos Aires, hizo posible que el proyecto fuese una realidad de ahí que el teatro, inaugurado en 1892, lleve su apellido.


Uno de los centros religiosos de máxima importancia es la Iglesia de San Julián a la que el Papa Juan XXIII concedió el título de Concatedral en el año 1959. Es de estilo neoclásico y fue construida entre los años 1766 y 1772.


El centro de la vida política es el Ayuntamiento. El edificio que alberga a la corporación es relativamente reciente, se empezó a construir en 1953 y se inauguró en 1959. Es un gran palacio de estilo imperial, inspirado al parecer en la grandiosidad del Monasterio del Escorial. Está ubicado en la Plaza de Armas, denominación que nos recuerda una vez más el carácter militar que ha acompañado a la ciudad desde siempre.


Nuestro viaje por líneas de Feve ha concluido. Son las 17,18 horas cuando dejamos Ferrol a bordo de un tren regional de Renfe que une esta ciudad con A Coruña. Nos quedan 40 minutos de recorrido  hasta llegar a Betanzos, verdadero final de este periplo ferroviario.
De Ferrol a Betanzos el tren va bordeando el Golfo Ártabro ofreciéndonos bellas panorámicas de los Concellos que atravesamos; Mugardos, Ares, Pontedeume, Betanzos son algunos de ellos.

Uno de los lugares más interesantes por el que pasamos y que Elena y yo conocemos bien es es Pontedeume. Hermosa villa marinera llena de historia, ligada durante la Edad Media a la familia Andrade, señores feudales de las tierras que se extienden entre Betanzos y Ferrol.
Pontedeume (Puente sobre el Eume) debe su nombre al puente de piedra que,  por orden del Conde Fernando Pérez de Andrade "O Boo", se construyó entre 1374 y 1378 para unir ambos márgenes de la Ría que forma el Eume en su desembocadura. El actual, por el que discurre la carretera N-651, se hizo sobre los restos del anterior  que tenía una longitud de 850 metros y 68 arcos. Paralelo a este existe otro puente de hierro por el que pasa el ferrocarril.


Pasear por Pontedeume es entrar en la historia y empaparse de naturaleza. Desde la ciudad se accede al Parque Natural de las Fragas del Eume muy cercano a la misma. 
La homologación como Parque Natural la obtuvo en 1997 y tiene una extensión de 9126 Ha. En el mismo  abunda la flora autóctona con presencia mayoritaria de roble, también castaño y un árbol típico de los bosques de ribera como es el abedul. La vegetación es frondosa y exuberante y en ese hábitat es fácil encontrar  corzos, ciervos, jabalíes, zorros y otras especies.



En el interior del parque se pueden visitar los restos de dos monasterios, el de Santa María de Monfero bastante deteriorado (hablo de mi última visita al mismo hace algunos años) y el de San Juan de Caaveiro que si se ha restaurado en profundidad.






Son las 18,00 horas cuando nos apeamos del tren en Betanzos Cidade una de las dos estaciones, situada en la parte baja junto a un parque, con las que cuenta la ciudad. La otra estación es Betanzos Infesta, esta ubicada en la parte alta y corresponde a la línea férrea que une A Coruña y Monforte de Lemos.



Betanzos, llamada también la Ciudad de los Caballeros, fue una de las capitales de Reino de Galicia. Durante muchos años ha sido el centro de referencia económico de la zona gracias al gran mercado quincenal que congrega visitantes y curiosos de muchos kilómetros a la redonda. 






Para Elena y para mi, estar aquí es como estar en casa pues venimos a menudo a comprar o a pasear ya que solamente nos separan 19 kilómetros de casa.  Mª Dolors y Domingo no habían estado antes por lo que hacemos una  breve visita antes de seguir para Carnoedo. 
Betanzos tendrá en algún momento una entrada exclusiva en  mi Blog pues son muchos los atractivos que encierra la ciudad por ello, en esta ocasión, me limito a incluir solamente algunas fotografías.





 
Ha sido una semana intensa. Combinando los viajes en trenes de Feve y  Renfe  con largos paseos a pie, hemos recorrido la cornisa cantábrica. Cansados, pero satisfechos de esta experiencia, llegamos a nuestra casa de La Pedreira para reencontrarnos con un paisaje que no, por conocido, desmerece de los muchos que hemos disfrutado estos días.



 
La Pedreira 09 de abril de 2011

Matías Ortega Carmona